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¿A qué hora sale Melody en Eurovision?

Melody ya tiene hora en la gran final de Eurovisión 2025. La representante española saldrá al escenario en el sexto puesto del programa se espera sobre las 21:30

Eurovisión no entiende de medias tintas, y por eso España ha decidido lanzar a su arma más afilada Melody, justo al inicio de la batalla. La andaluza saldrá en sexto lugar en la gran final del Malmö Arena, después del rugido lituano y antes de la introspección ucraniana. Entre un tema de rock crudo y un lamento indie, se alza Esa Diva, una pieza que no pretende complacer, pretende dominar. Y ese puesto temprano pero no demasiado en la gala podría ser una trinchera estratégica.

No es lo mismo abrir el programa que salir cuando el público aún no ha decidido si prefiere vino o cerveza. La sexta posición permite que Melody brille sin necesidad de gritar, y que su canción se incruste en la memoria del espectador como un perfume que se descubre al final del pasillo. El momento es perfecto, suficiente para que no se olvide, lo bastante temprano para que no compita con los fuegos artificiales de última hora. Ironías de Eurovisión, a veces lo que parece irrelevante es justo lo que marca la diferencia.

Melody
Melody actuará en sexto lugar en la final de Eurovisión 2025

Melody saldrá sexta, entre estilos opuestos que le favorecen

Mientras la música suena, la geopolítica asoma entre los focos. Israel sale en cuarto lugar, rodeado de tensiones, con un tema titulado New Day Will Rise que suena más a declaración de intenciones que a propuesta musical. El Malmö Arena decorado como para una boda galáctica podría vibrar más por los abucheos que por las armonías. A solo dos turnos de distancia, España tendrá la complicada tarea de reconducir la energía del público, algo que no es fácil cuando la emoción se mezcla con la opinión.

Y luego está Ucrania, que actuará justo después de Melody. Bird of Pray, su propuesta, tiene el tono melancólico de un réquiem y la elegancia de una noche lluviosa. Aquí la antítesis se vuelve sonora, de la exuberancia española al recogimiento ucraniano en un solo giro de cámara. Es ese contraste lo que puede hacer que Esa Diva no pase desapercibida. Porque Eurovisión no es una carrera de velocidad, es una montaña rusa emocional. Y sobrevivir a la curva es más importante que llegar primero.

Suecia, Francia y la alquimia del final

La organización ha reservado las joyas de la corona para el último tramo. En el puesto 23 aparece Suecia, anfitriona y gran favorita, con una canción titulada Bara Bada Bastu que suena como a ritual escandinavo en clave pop. Le sigue Louane por Francia, con Maman, una balada que, si no arranca lágrimas, al menos hará que más de un espectador sienta el peso de su propia infancia. El tramo final es una ceremonia: no tanto por las canciones, sino por la tensión dramática que se cocina a fuego lento.

En el extremo opuesto sí, literalmente, está Noruega abriendo la noche con Lighter, y Albania cerrándola con un cóctel balcánico llamado Zjerm. Entre uno y otro, veintiséis mundos colisionan, como planetas invitados a una fiesta sin gravedad. Y ahí, entre la espuma y el abismo, aparece Melody, española hasta la médula, con una propuesta que no pide permiso. ¿A qué hora sale? A la hora justa. Ni antes ni después. Como los relámpagos que iluminan sin avisar, su impacto no dependerá del turno, sino de su poder de quedarse.

Lala Chus