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China lanza su primer portadrones aéreo

El Jiutian SS-UAV marca un antes y un después con su capacidad para lanzar enjambres sincronizados de drones FPV

Cuando creíamos que lo habíamos visto todo bombas inteligentes, misiles hipersónicos, comandos invisibles llega China y lanza, literalmente, su propio “portaaviones del cielo”. Se llama Jiutian SS-UAV y no es un concepto de laboratorio, ni un render con música épica: es un artefacto real, de 15 toneladas, 25 metros de envergadura y un propósito claro como el acero: convertir el cielo en una colmena de guerra autónoma.

No es solo otro dron. Es el dron que transporta a los demás. Un pájaro nodriza con hambre digital, capaz de soltar más de 100 drones FPV (First Person View) en sincronía. Y lo que es más inquietante: programados con inteligencia artificial para volar, coordinarse, atacar… y pensar. Porque si hasta ahora los ejércitos dependían de dedos humanos que apretaban botones, con el Jiutian, el botón se autopulsa.

Jiutian SS-UAV

Tecnología que huele a distopía

El Jiutian no combate solo: comanda. Como un Zeus tecnológico, lanza enjambres desde los cielos con precisión matemática y velocidad inhumana. Su alcance operativo 7.000 kilómetros y su capacidad de vuelo a 15.000 metros lo convierten en un fantasma que ni los radares más modernos podrían intuir a tiempo.

¿Su rol? Infiltrar. Saturar. Neutralizar. Mientras un avión de combate tradicional ataca un blanco, el Jiutian puede atacar cien. Y no lo hace con potencia bruta, sino con astucia de enjambre. Cada dron FPV es una aguja. Juntos, son una tormenta de picaduras letales.

De la táctica al dilema ético

Lo verdaderamente novedoso aquí no es el hardware, sino la idea. Se abandona el modelo del ataque quirúrgico operado por pilotos o técnicos. En su lugar, emerge una inteligencia descentralizada, autónoma, que decide sobre la marcha. ¿Una nueva eficiencia militar? Sí. ¿Un nuevo dilema moral? También.

Porque, ¿quién es responsable cuando un enjambre decide atacar por “criterio algorítmico”? ¿Qué ocurre cuando la niebla de guerra la generan líneas de código y no errores humanos? La guerra, como siempre, avanza más rápido que el derecho. Y ahora también más rápido que la conciencia.

¿Advertencia o prólogo?

El Jiutian SS-UAV no es un juguete propagandístico. Es una prueba de que China ya no juega al ajedrez geopolítico con piezas convencionales. Juega con enjambres, con IA, con el cielo como tablero. ¿Es una amenaza directa? Tal vez no aún. ¿Una advertencia de lo que viene? Sin duda.

El detalle más desconcertante es su normalización. Un artefacto que hace apenas una década habría protagonizado una serie de ciencia ficción hoy se presenta en ferias aeronáuticas como si fuera el último dron recreativo. Y eso dice más de nosotros que de ellos.

Porque la pregunta ya no es si esta tecnología cambiará las guerras. La verdadera pregunta es si las guerras seguirán pareciendo humanas después de esto.

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