Capas de felicidad en la despensa
No hace falta mentir: hay placeres que se esconden entre estantes y etiquetas. Y pocos son tan reconfortantes como el de despertarse sabiendo que un cruasán de mantequilla te espera. Esa capa exterior ligeramente crujiente, el interior suave y esponjoso, el aroma dulce y tostado… Ya sea untado en mermelada, relleno de queso o simplemente mojado en una taza de café con leche, pocas cosas despiertan mejor el apetito y el ánimo.
Para algunos, disfrutarlo es una experiencia reservada a la cafetería del domingo; para otros, es casi un ritual diario. ¿La diferencia? Ellos ya han encontrado su cruasán de confianza en el supermercado.
Del obrador a tu mesa: el secreto de El Corte Inglés
Entre las opciones del mercado, los cruasanes elaborados en el obrador de El Corte Inglés han logrado destacar. Se venden en bandejas de tres unidades por 3,30 euros, y lo que los hace únicos es su fidelidad al sabor clásico, esa sensación de estar ante una pieza de pastelería “de toda la vida”.
Con un 23% de mantequilla real en su composición, estos cruasanes no solo compiten con los de cualquier pastelería tradicional, sino que encabezan las listas de los mejor valorados entre los compradores. Comentarios como “nada secos, jugosos” o “los favoritos de mi casa” se repiten entre quienes ya los han probado.

Una delicia accesible que compite con los mejores
Aunque existen otras opciones destacables en los lineales —como los cruasanes del Lidl o los mini estilo Manolitos de Mercadona—, la versión de El Corte Inglés ha sabido equilibrar precio, sabor y textura, y eso es mucho decir cuando se trata de repostería hojaldrada.
Así que la próxima vez que sueñes con ese desayuno francés perfecto o con una merienda especial, recuerda que la pastelería de calidad no siempre está en una vitrina bajo campana de cristal. A veces, basta con mirar con otros ojos la sección de bollería del súper.