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España y el uranio: lo que se extrae, lo que se vende y lo que no se puede usar

La diferencia entre tener uranio y tener uranio útil

España dispone de reservas naturales de uranio y ha explotado minas en el pasado, como las de Saelices el Chico en Salamanca. Sin embargo, a día de hoy, no cuenta con capacidad industrial para enriquecer este mineral ni para producir el tipo de uranio que se necesita en las centrales nucleares: el U-235 enriquecido. Lo que existe en el subsuelo español es mayoritariamente U-238, que representa el 99,3% del uranio natural y no puede ser utilizado directamente como combustible nuclear.

Cuando se afirma que “España no tiene uranio”, en realidad se hace referencia a la ausencia de uranio enriquecido —específicamente, el isótopo U-235 en concentraciones superiores al 4%— que es imprescindible para la operación de las centrales nucleares. Ese material sí debe importarse, ya que no se produce en territorio nacional.

¿Qué puede hacer España con su uranio?

España tiene capacidad para extraer y purificar uranio natural hasta convertirlo en lo que se conoce como yellowcake (concentrado de óxido de uranio, U₃O₈). Este producto intermedio puede almacenarse o venderse a otros países que sí disponen de tecnología de enriquecimiento. En otras palabras, España puede obtener uranio en bruto, pero debe enviarlo al extranjero si quiere transformarlo en algo útil para producir energía nuclear.

Esto explica por qué, pese a tener reservas geológicas, la dependencia energética externa sigue existiendo en lo que respecta al combustible nuclear. Los países con capacidad de enriquecimiento —como Francia, Rusia, Estados Unidos o algunos consorcios europeos— sí pueden transformar ese yellowcake en U-235 utilizable.

Uranio en España

¿Y por qué no se explota el uranio?

En España, la extracción de uranio está paralizada principalmente por decisiones políticas y sociales. La presión ambiental, las regulaciones restrictivas y la escasa aceptación pública de la minería del uranio han hecho inviable económicamente su explotación a gran escala. En 2021, por ejemplo, se denegó la autorización a Berkeley Energía para abrir una mina en Retortillo, Salamanca, por cuestiones de impacto ambiental.

España tiene uranio, pero no el tipo ni el tratamiento que necesita para su uso en energía nuclear. Carece de infraestructura de enriquecimiento, por lo que depende completamente de la importación de U-235 enriquecido. Mientras tanto, parte del uranio natural puede ser exportado a países con capacidad técnica, aunque no puede ser utilizado directamente en el sistema energético español.