Miles de viajeros quedaron atrapados este domingo tras un grave sabotaje en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, donde el robo de cables provocó retrasos masivos y cancelaciones justo al cierre del Puente de Mayo
El domingo cerró con una grave crisis en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla tras el robo de cables que dejó paralizados más de 30 trenes. Según comunicaron Adif y el ministro de Transportes, Óscar Puente, el incidente afectó a más de 10.000 pasajeros, justo cuando Madrid vivía la operación retorno del Puente de Mayo y Sevilla se preparaba para la emblemática Feria de Abril. Las estaciones se llenaron de viajeros impacientes que vieron cómo sus planes se desmoronaban por un sabotaje inesperado.
A primera hora del lunes, Adif confirmó que al menos 16 trenes seguían retenidos, dejando varados a unos 6.000 usuarios. Las salidas hacia Andalucía quedaron suspendidas hasta después de las ocho, mientras que desde Sevilla no partían trenes antes de las siete. Los técnicos trabajaban sin descanso para reemplazar los más de 300 metros de cable sustraído, distribuidos en cuatro puntos distintos de Toledo, Madridejos, Mora, Urda y Orgaz.

Reacción del gobierno y medidas de emergencia
El ministro Óscar Puente calificó el hecho como “un grave sabotaje” y detalló en redes sociales que los robos ocurrieron en un radio de apenas 10 kilómetros. Alertó que el impacto sobre los trenes restantes sería severo y confirmó que la Guardia Civil ya investiga los hechos. Además, pidió la colaboración ciudadana para obtener pistas que permitan identificar a los responsables.
Por su parte, el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, informó que se habían reforzado los servicios de atención en estaciones, distribuyendo alimentos y bebidas a los afectados. Sin embargo, se descartó montar transportes alternativos, ya que los convoyes, aunque demorados, lograron llegar a destino. Según fuentes oficiales citadas por EFE, los robos comenzaron a las 17:45 del domingo y provocaron daños graves en los sistemas de seguridad, forzando una suspensión total entre Yeles y Sagras.
Tensión política y consecuencias en cadena
El listado de trenes impactados incluyó conexiones clave como el Madrid-Málaga, el AVANT Madrid-Puertollano y el AVE Sevilla-Madrid, todos con demoras superiores a una hora. Cuatro convoyes quedaron detenidos y cinco cancelados, aumentando la frustración de los viajeros. Esta cadena de problemas terminó escalando políticamente, cuando Juanma Moreno Bonilla, presidente andaluz, reclamó soluciones urgentes al Gobierno central.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzó duras críticas al Ejecutivo al afirmar que la situación representa “una calamidad diaria” y acusó a la izquierda de inacción. “España está harta”, sentenció. Este sabotaje no solo paralizó una línea ferroviaria, encendió un nuevo frente de tensión política en plena antesala de la temporada alta de viajes.