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Arancha rompe moldes en First Dates con curiosa habilidad

La velada romántica resultó ser un momento bastante divertido y lleno de ocurrencias graciosas

En First Dates hay un universo repleto de momentos, malos, buenos, románticos, extraños y muy divertidos como en el caso de Arancha y Gerardo. La pareja de comensales no perdió ningún solo instante para reír y disfrutar de una velada muy jocosa. Desde otro ángulo, Carlos Sobera no perdía la atención en la entretenida cita.

La mujer de 48 años se definió como una canina, “Soy como mi perra. Mi perra sale de casa y caza conejos, y dentro de casa está todo el día tumbada” reconoció la comensal. El chico encargado de hacer reír a su cita, fue Gerardo, quien resultó ser un hombre bastante majo. Desde el primer momento se pudo evidenciar la buena vibra entre ellos.

Arancha First Dates
La pareja de comensales disfrutaron tanto la velada, que se les hizo muy corto el tiempo, por ello decidieron hacer una segunda cita.

Gerardo ha encajado muy bien en las pretensiones de Arancha en First Dates

La simpática mujer llegó con el objetivo de encontrar a alguien con quien compartir de momentos graciosos y reír hasta no parar. Pues en su petición parece que el programa ha cumplido, pues Gerardo es su misma versión pero en hombre. Una vez en la mesa, los dos comensales no paraban de carcajearse por cualquier cosa que decían o hacían.

La mujer en su intento por controlar su risa, ha regado la copa de vino que tenía en la mesa, y ha creado otro momento más para burlarse de ella misma. “A mí me han dicho que la liara, pero no tanto. Mi madre me está viendo” comentó Arancha. Gerardo por su parte también disfrutaba del jocoso percance con el utensilio.

La risa ha sido la clave para unir a Arancha y Gerardo en First Dates

Muy poco suele pasar que una cita se torne en todo momento graciosa. Lo normal es que la pareja disfrute de momentos agradables pero sintiendo otro tipo de emociones como deseo, placer, curiosidad, o en otros casos, malestar, fastidio, arrepentimiento etc. Sin embargo Arancha y Gerardo se comunicaron con el idioma universal de la risa.

El hombre se llevó buenas impresiones de la comensal y en todo momento no paró de disfrutar de esos pequeños detalles. “Es un terremoto viviente, porque en cualquier momento te la lía. Eso es divertido” reconoció el comensal. Una vez cuestionados de como lo habían pasado, las palabras sobraban, por que las carcajadas fueron la clara manifestación de que se lo pasaron en grande.