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Bilbao Basket ya prepara el despegue en la LigaACB

El Surne Bilbao Basket ha dado un paso clave en su temporada al certificar su permanencia en la Liga Endesa con una victoria sólida ante el Leyma Coruña (79-67) en Miribilla

El Surne Bilbao Basket no solo ganó un partido, ganó aire. El triunfo ante Leyma Coruña (79-67) fue algo más que un resultado, fue una declaración. La permanencia matemática en la Liga ACB ya está en el bolsillo, y con ella desaparece el lastre del miedo. Ahora, con tres jornadas por delante y el descenso convertido en un mal recuerdo, los hombres de negro se atreven a mirar hacia Europa sin sonrojarse. Qué irónica es la vida del deporte profesional, ayer mendigando puntos, hoy soñando con pasaportes continentales.

Miribilla vivió una noche de doble filo, alegría para unos, condena para otros. Mientras los gallegos sellaban su regreso a Primera FEB, los bilbaínos mostraban una versión que mezcla nervio, cabeza fría y puntería. Jaume Ponsarnau, ese entrenador de voz suave y mirada quirúrgica, logró reconducir un arranque titubeante y convertir la tensión en empuje. El último cuarto fue una sinfonía de triples y carácter, la rúbrica que confirma algo evidente, este equipo, cuando conecta, vuela.

Bilbao Basket
Con tres jornadas aún por disputarse, el objetivo inicial ya está cumplido

Triples como puñales y defensa como escudo: así se construye una victoria

El primer cuarto fue una montaña rusa sin cinturón de seguridad. Tiros fáciles que no entraban, decisiones apresuradas y un marcador tan estancado como el tráfico de un lunes lluvioso. Pero entonces, como si alguien encendiera una mecha, aparecieron Gielo, Pantzar, Frey y Sylla. En menos de lo que dura un café frío, el Bilbao Basket encadenó un parcial de 14-1 que cambió la atmósfera del partido. ¿La clave? Defensa pegajosa como papel viejo y una puntería desde el perímetro que recordó que el triple es el nuevo mate.

En el segundo cuarto, el guion no cambió demasiado. El marcador llegó a estirarse hasta un 27-10 casi insultante, aunque Aleix Font, con dos triples como quien lanza bengalas en la noche, dio señales de vida al Leyma. Pero cada reacción visitante era respondida con eficacia quirúrgica por los locales. El 42-31 del descanso no solo reflejaba una ventaja: era el resumen de una estrategia. Mientras los gallegos ganaban rebotes como quien recolecta piedras, los bilbaínos acertaban desde lejos con la precisión de un reloj suizo.

El último cuarto, esa frontera entre el miedo y la gloria

Después del descanso, el partido entró en zona pantanosa. Cinco faltas en apenas tres minutos y un ataque confuso pusieron al público en vilo. Un 44-39 asomó en el marcador y con él, los fantasmas. Pero ahí apareció Bagayoko, ese pívot que juega como si cada rebote fuese cuestión de honor familiar. Anotó, asistió y, junto a Frey, rearmó al equipo con un parcial que devolvió el alma al cuerpo. Aunque Brandon Taylor se empeñó en añadir dramatismo, el tercer cuarto cerró con un 56-49 que dejaba el desenlace en el alambre.

Pero el alambre se convirtió en autopista en el último cuarto. Con dos triples de Pantzar, otro de Rubén Domínguez y la omnipresencia de Bagayoko, el Bilbao Basket firmó un 11-0 que fue más sentencia que parcial. El 67-49 mató el suspense y dio paso a la celebración. En Miribilla, cada ovación al pívot maliense fue un voto de confianza a futuro. Porque sí, la permanencia ya está asegurada, pero este equipo no juega ya por sobrevivir. Juega, por fin, por trascender

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