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Los posibles rivales de España en octavos del Eurobasket

España ya tiene pie y medio en los octavos del Eurobasket, pero el camino hacia la siguiente fase aún está lleno de incógnitas: la igualdad en su grupo y la del futuro rival mantienen la clasificación en suspenso

España volvió a desplegar su versión más reconocible frente a Chipre, un triunfo tan holgado (91-47) que rozó la crueldad deportiva. Fue la segunda victoria consecutiva tras tumbar a Bosnia y, lo que es más importante, un golpe de autoridad que le permitió asentarse en la segunda posición del Grupo C. Con el mismo balance que Italia, el combinado de Sergio Scariolo se prepara para un duelo directo contra los transalpinos que promete algo más que baloncesto, la certificación matemática de un pase que ya se palpa en el aire.

Sin embargo, en este torneo no basta con ganar, hay que hacerlo con estilo o, mejor dicho, con diferencia de puntos. El tropiezo inicial ante Georgia (-14) pesa como una losa invisible sobre los hombros de los jugadores españoles. Italia, en cambio, sonríe desde su +16. La ecuación es simple, aunque incómoda, si se produce un triple empate, España deberá vencer por al menos 13 puntos a Italia. Una especie de examen de matemáticas en el que los aciertos no se cuentan en problemas resueltos, sino en canastas encestadas.

Un grupo abierto y un pulso de equilibristas

El Grupo C se ha convertido en un escenario de suspense digno de novela. Grecia lidera con la calma de quien ya tiene su billete a octavos, mientras España e Italia caminan como equilibristas sobre una cuerda floja. Georgia, desde abajo, observa y amenaza con desestabilizar el guion. La paradoja es deliciosa, todos los equipos conservan opciones y, al mismo tiempo, todos pueden quedar fuera. En ese juego de espejos, el error no se mide en derrotas, sino en detalles.

El baloncesto, como la política, se mueve a golpe de símbolos y aritmética. El diferencial de puntos es hoy el verdadero protagonista, más importante que las rachas de triples o los bloqueos duros en defensa. España necesita que la victoria sea también estética, casi cruel, para compensar su mal arranque. No se trata solo de avanzar, sino de demostrar que el equipo sigue teniendo el colmillo afilado. Y quizá ahí resida la belleza de este torneo, lo que está en juego no es únicamente un marcador, sino una declaración de intenciones.

Sergio Scariolo
España dio un paso firme hacia los octavos de final del Eurobasket tras superar con claridad a Chipre (91-47).

El rompecabezas del Grupo D y la expectación de los cruces

En el Grupo D, donde aguardan los futuros rivales de España, reina un caos fascinante. La inesperada victoria de Israel sobre Francia (82-69) desordenó la jerarquía prevista, como un terremoto que reacomoda todas las piezas del tablero. Polonia sonríe en lo alto con tres triunfos impecables, mientras franceses e israelíes discuten por el control de los puestos intermedios. Eslovenia y Bélgica, aunque rezagadas, aún no han firmado su rendición. Aquí nadie quiere ser convidado de piedra.

El resultado es un panorama tan incierto como excitante, Grecia y Polonia ya se sienten cómodas en la seguridad del pase, pero todo lo demás está abierto. Para España, la promesa es clara, lo que viene no serán octavos de final, sino auténticos exámenes de carácter. El Grupo D ofrece rivales de todo tipo, ninguno dócil. Expectación máxima, tensión garantizada y una certeza que une a aficionados y jugadores, lo mejor del Eurobasket aún está por escribirse.