Es noticia:

¡Unicaja desata la magia en la prórroga! Triunfo ante Murcia y factor cancha asegurado

El triunfo por 104-93 ante UCAM Murcia, tras una prórroga tan intensa como iluminadora, no solo consolida el buen momento del conjunto andaluz, sino que asegura un factor cancha que podría inclinar la balanza en los venideros playoffs

Ironías del destino, un apagón encendió la noche. En el Martín Carpena, el baloncesto comenzó en penumbras, como si el universo quisiera recordarnos que antes de la magia siempre viene la oscuridad. La interrupción inicial no solo desordenó el guion técnico, sino que sumó una carga dramática al ambiente. El primer cuarto fue un ensayo de lo que vendría, desconexión, errores, ritmo errático. Y sin embargo, Unicaja, como esos viejos actores que se olvidan el texto pero no el carisma, salió del paso con solvencia.

UCAM Murcia, por su parte, se quitó pronto el disfraz de víctima. Con Nemanja Radovic como francotirador inesperado, los visitantes convirtieron los triples en catarsis. Cada acierto suyo era un latigazo al favoritismo local, y al llegar al descanso con solo un punto de desventaja, la sensación era clara: aquello no sería un trámite, sino una batalla de las que dejan cicatriz. Una guerra fría con destellos de metralla.

Unicaja
Unicaja Málaga selló un triunfo clave por 104-93 ante UCAM Murcia

Orgullo en llamas: Unicaja y el arte de resistir

En la segunda mitad, Kendrick Perry se convirtió en brújula y látigo. Con un parcial de 7-0, cambió el paisaje del partido como el viento levanta la arena en el desierto, de pronto, todo se volvió impredecible. Junto a él, Kalinoski y Tillie se revelaron como actores de reparto con alma de protagonistas. Entre ambos sumaron 29 puntos y una presencia que iba más allá de las estadísticas: eran oxígeno cuando faltaba el aliento, metrónomo cuando todo se aceleraba.

Pero la verdadera función comenzó en la prórroga. Allí, donde las piernas tiemblan y las decisiones pesan como piedras mojadas, Unicaja encontró su mejor versión. Con un baloncesto fluido, coral y sostenido por un Carpena convertido en caldera, los locales sellaron el triunfo. Fue una exhibición de autoridad y madurez, como si al fin el equipo hubiese entendido que la excelencia no está en no fallar, sino en saber cuándo acertar.

Playoffs a la vista: esperanzas y urgencias

Con esta victoria, Unicaja no solo aseguró el factor cancha: aseguró, también, una certeza en medio del caos que suele ser el final de la temporada. Tercer puesto casi en mano, juego coral afinado, y esa mezcla de hambre y oficio que distingue a los que han probado la gloria y quieren repetir el menú. El equipo de Ibon Navarro parece, al fin, una sinfonía bien afinada, con solistas brillantes, pero con partitura común.

UCAM Murcia, en cambio, vive en la cuerda floja. Necesita no solo ganar, sino rezar, calcular y mirar el móvil durante otros partidos. Como esos estudiantes que hicieron el examen a medias y esperan que el profesor sea benévolo. Aún tienen vida, pero cada posesión es ya una cuenta atrás. Porque si el baloncesto es un juego de decisiones, esta fase final será un espejo: reflejará tanto los aciertos como los titubeos del camino.

Valencia Basket