El huracán taronja arrasa Tenerife con un Badio estelar y sella su billete a la gran final
Hay veces en las que un equipo no gana un partido, sino que lo arrastra con una ola imposible de contener. Eso ha hecho el Valencia Basket en La Laguna: ha enterrado cualquier conato de resistencia y se ha metido en la final de la Liga Endesa con un 3-0 inapelable que culmina una semifinal donde el equilibrio fue solo una ilusión transitoria. La última vez que pisaron esta instancia fue en 2017. ¿El resultado? Campeones. Y esta versión taronja parece tener memoria.
Badio, con 28 puntos, fue el cuchillo entre los dientes del vendaval valenciano. El tercer cuarto fue su escenario preferido: un parcial de 15-33 que convirtió la ventaja tinerfeña en ruinas. Si hubo dudas en los primeros minutos, se evaporaron con esa embestida que dejó a los locales entre la frustración y la resignación. Tenerife, que había empezado dominando con el rebote y la puntería desde fuera, se descompuso ante la tormenta perfecta orquestada por Pedro Martínez.

Tenerife enseñó el plan, pero Valencia tenía el martillo
La primera parte fue una sinfonía bien ejecutada por los de Txus Vidorreta. Desde la defensa dura y el dominio reboteador (12-2 en capturas en el segundo cuarto), los isleños encontraron soluciones ofensivas en Huertas, Doornekamp y un versátil Drell. El marcador (45-39 al descanso) mostraba por fin a un Tenerife competitivo y cómodo, algo que no se había visto en los dos primeros partidos.
Pero la ACB no perdona la inconsistencia. Y Valencia no perdona, punto.
El tercer cuarto fue una ejecución. Pradilla —soberbio desde el salto inicial— y Ojeleye dinamitaron la defensa local, y Badio puso la guinda con un recital ofensivo que destrozó tiempos, defensores y esquemas. En apenas ocho minutos, Valencia ya estaba por delante (56-65), y los locales, tocados. El vendaval fue tan demoledor como quirúrgico: parciales encadenados, juego coral, agresividad en defensa y un lenguaje corporal que decía una sola cosa: “Esto se acaba aquí”.
Valencia vuelve a ser Valencia
En el último cuarto, Tenerife intentó arañar algo de dignidad al marcador. Shermadini dejó destellos, y Abromaitis amagó con una remontada improbable (78-84). Pero ya era tarde. La superioridad táctica de Pedro Martínez se impuso y Chris Jones, junto al propio Badio, aseguraron la victoria con templanza y oficio.
El marcador final (87-94) fue generoso con los tinerfeños. Valencia ya estaba pensando en la final, en lo que viene, en ese título que rozaron en 2017… y que ganaron. Todo apunta a que su rival será el Real Madrid, lo que convertiría esta historia en un círculo que se cierra con tintes poéticos. Porque Valencia ha regresado. No por casualidad, sino por mérito. No como invitado, sino como candidato.