Luka Doncic volvió a ser el protagonista absoluto de la noche en el tercer partido de la serie entre Minnesota Timberwolves y Los Angeles Lakers, dejando una actuación que no solo pone el 2-1 en la eliminatoria, sino que enciende todas las alarmas en el vestuario angelino
Luka Doncic no jugó un partido de baloncesto, dio una lección. El tercer duelo de la serie fue su escenario perfecto para marcar territorio y recordar por qué es uno de los jugadores más determinantes del planeta, tras su actuación del lunes por la noche en el Target Center. Desde el inicio, tomó las riendas del juego y desarticuló a unos Los Angeles Lakers que solo pudieron mirar mientras el esloveno imponía su ley.
Con 35 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes, Doncic transformó cada posesión en una amenaza real. No fue solo el volumen de sus estadísticas, sino el momento en que aparecieron, triples en el clutch, asistencias imposibles y decisiones milimétricas. El resultado fue un 2-1 a favor de Minnesota que se sintió más como una advertencia. Si los angelinos no reaccionan, se despiden pronto de estos playoffs.

Lebron y Davis: irreconocibles en una noche de sombras
Lejos del brillo que acostumbra, LeBron James se mostró contenido, midiendo esfuerzos en cada acción. A sus 40 años, su impacto sigue siendo alto, pero no constante. El problema para los Lakers fue que ni Anthony Davis ni el resto del quinteto titular supieron cargar con la responsabilidad cuando más se necesitaba. El equipo mostró una cara plana, sin ritmo y, lo más grave, sin respuestas defensivas ante la movilidad ofensiva de los Timberwolves.
En el tercer cuarto, la diferencia se disparó. Anthony Edwards destapó su arsenal ofensivo con 12 puntos en fila y Julius Randle hizo estragos en la pintura. Las soluciones de J.J. Redick desde el banquillo no surtieron efecto, y aunque hubo tímidos intentos de reacción en el último cuarto, el daño ya estaba hecho. La serie continúa, sí, pero con un giro peligroso para unos Lakers que ahora están al límite.
Minnesota se consolida y los Lakers juegan contra el reloj
Con una defensa sólida, agresiva y disciplinada, Minnesota Timberwolves dejó a los Lakers en un pobre 41% de acierto en tiros de campo, forzando además 15 pérdidas. Más allá del resultado, la sensación es que este equipo de Chris Finch tiene un plan, una identidad y la convicción de que pueden eliminar a cualquiera, incluso a estos Lakers, que hoy parecen más nombres que equipo.
Ahora, la presión se ha trasladado por completo a Los Ángeles. Con el cuarto partido en puerta, solo una versión inspirada y sostenida de LeBron y Davis puede cambiar el rumbo de esta eliminatoria. Pero si algo ha dejado claro Doncic, es que cuando se siente cómodo, impone su propio guion. Y ese libreto, por ahora, no incluye finales felices para los angelinos.