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Los Celtics eliminados: el sueño verde se apaga entre remontadas, dudas y una herida que costará cerrar

Boston se despide con el corazón encogido y la mirada perdida: de favoritos a naufragio en apenas una semana

La eliminación de los Boston Celtics no ha sido una derrota. Ha sido un derrumbe. Uno de esos que duelen por cómo llegan, más que por qué tan lejos caes. Y es que hace apenas unos días, incluso perdiendo los dos primeros partidos de la serie, muchos los seguían viendo como los favoritos al anillo. Hoy, el Garden está en silencio, y la imagen que queda no es la de un gigante caído… sino la de un equipo confundido, vulnerable y sin rumbo claro.

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Un colapso sin anestesia

Les remontaron tres partidos, dos de ellos tras tener 20 puntos de ventaja. No fue un accidente. Fue una señal. Un equipo que tenía armas, banquillo, variantes tácticas… pero que no supo cerrar, ni competir en el barro. Cuando Jayson Tatum se lesionó, muchos pensaron que eso lo explicaría todo. Pero la fractura ya venía de antes.

El problema no fue la baja. El problema fue la sensación de estar jugando sin alma, sin ese fuego interno que distingue a los que saben sufrir y saben ganar. La caída fue lenta, incómoda, y al final, humillante. Como si todo el discurso de grandeza se hubiera desinflado con la presión.

¿Y ahora qué?

Boston tiene talento para seguir siendo competitivo, eso está claro. Con Tatum sano, con Jaylen Brown aún en su prime, con un cuerpo técnico joven y una estructura sólida. Pero también tiene preguntas que ya no pueden posponerse.

¿Van a seguir apostando por este núcleo sabiendo que siguen sin dar el salto definitivo? ¿Van a mantener la inversión que les empuja al segundo apron, con la penalización salarial que conlleva, sólo para quedarse cerca otra vez? ¿Es Joe Mazzulla el hombre adecuado? ¿O es tan bueno o tan malo como el resultado de cada semana?

“Mazzulla era excelente cuando salieron campeones y es pésimo cuando pierden. Imposible vivir así”, decían en redes. Y no les falta razón.

Un equipo que no supo protegerse

Boston no perdió solo partidos. Perdió convicción. No defendió sus ventajas. No defendió su fe. Fue superado en voluntad. Y eso, en playoffs, se paga.

La imagen final no es la de Tatum en muletas, ni la de un triple fallado. Es la de un equipo perdiendo el control de sí mismo. Y eso pesa más que cualquier estadística.

La temporada 2024-25 se cierra para los Celtics con una mezcla de frustración, desgaste emocional y un regusto amargo que tardará en irse. El proyecto no está roto. Pero sí está herido. Y necesita más que tiempo para sanar.

EGD NBA