Es noticia:

Mark Walter compra los Lakers

Cuando los imperios cambian de manos, rara vez lo hacen en silencio. La sorpresiva compra de los Lakers por parte de Mark Walter marca el fin de una dinastía icónica y el inicio de una nueva era en el deporte global

Durante más de cuatro décadas, el apellido Buss fue sinónimo de los Lakers. Su control sobre la franquicia era tan natural como el sol sobre California, constante, brillante y difícil de imaginar ausente. Pero en una jugada que nadie vio venir ni siquiera los guionistas más arriesgados de Hollywood, Jeanie Buss cedió el control financiero del equipo a Mark Walter. Así, el trono púrpura y dorado cambia de dinastía, en un giro que parece sacado más de una tragedia griega que de un memorando corporativo.

Walter no llega como un improvisado. Ya había dejado su firma en los Dodgers, y no con tinta, sino con una impresora 3D de oro macizo, su inversión se multiplicó como levadura en horno californiano. Ahora, con los Lakers en su vitrina, Walter no solo colecciona trofeos, sino símbolos culturales. Lo suyo no es deporte, es una especie de monarquía ilustrada con balones, diamantes y derechos televisivos como cetros.

Mark Walter
La adquisición no solo marca el fin de una era, sino también el inicio de una estrategia de expansión ambiciosa

Sparks, Lakers y la reunificación angelina

Como si se tratara de una ópera en dos actos, Mark Walter ha logrado lo que desde 2006 parecía imposible: la reunificación de los Sparks y los Lakers. Dos equipos que comparten ciudad, legado y paleta cromática, pero que vivían separados como primos distantes que solo se ven en funerales. Ahora vuelven a estar bajo el mismo techo, y no por nostalgia, sino por visión estratégica: una sinfonía de marketing, sin duda, pero también de ambición inclusiva.

Walter no se detiene allí. Mientras en la NBA se cierran operaciones con frialdad quirúrgica, él lidera también la PWHL, la liga de hockey femenil profesional. Su intención no es simplemente “apoyar el deporte femenino” (ese cliché condescendiente que tanto abunda), sino integrarlo al mainstream con la solidez de un modelo empresarial digno de la NHL. Un plan maestro donde la equidad no es ornamento, sino cimiento.

Globalización versión Walter: de Inglewood a Silverstone

Si alguien pensaba que los sueños de Walter se quedaban en Los Ángeles, es porque no ha mirado un mapa últimamente. Su influencia se expande como tinta en papel mojado, desde el consorcio BlueCo que controla al Chelsea y al RC Strasbourg, hasta su más reciente apuesta en la Fórmula 1 con Andretti Global y Cadillac, lista para debutar en 2026. ¿Y quién suena como posible piloto? Nada menos que Sergio “Checo” Pérez. El deporte ya no es un campo de juego, es un tablero geopolítico.

Lo curioso y quizá también lo inquietante es cómo Walter ha tejido esta red con la calma de un ajedrecista y la precisión de un neurocirujano. Empezó con una inversión “modesta” en los Dodgers y hoy preside un imperio que cruza océanos. Irónicamente, quien una vez fue un inversor minoritario en béisbol, hoy marca el ritmo de medio planeta deportivo. Es como si David hubiera comprado la honda y luego la fábrica de Goliats.

EGD NBA

Ultimas noticias en elgoldigital