El Draft de la NBA es mucho más que una ceremonia anual: En un sistema diseñado para mantener el equilibrio competitivo, cada elección puede redefinir el rumbo de un equipo y marcar el inicio de una nueva era en la liga
Cada año, al concluir la temporada regular, la NBA gira su atención al Draft, un evento que despierta la ilusión de los aficionados y la esperanza de las franquicias. Lejos de ser solo un espectáculo mediático, el draft representa una herramienta clave para equilibrar el nivel competitivo en la liga. A través de este sistema, los equipos menos exitosos obtienen mejores oportunidades para incorporar jóvenes con gran potencial.
En total, 60 jugadores menores de 23 años son seleccionados por las 30 franquicias. La mayoría llega desde el baloncesto universitario estadounidense, aunque también destacan algunos talentos procedentes de ligas extranjeras. Es aquí donde las promesas del deporte se enfrentan a la gran oportunidad de sus vidas, con la mira puesta en convertirse en futuras estrellas de la liga.

El funcionamiento del Draft NBA y la lotería que lo decide
El orden de elección se define por un criterio deportivo, cuanto peor fue el desempeño del equipo, más posibilidades tiene de elegir primero. No obstante, para evitar manipulaciones como el ‘tanking’, la NBA implementó la Lotería del Draft NBA, donde los 14 equipos que no clasificaron a los playoffs sortean las primeras cuatro posiciones. Así, los tres peores registros tienen un 14% de probabilidad cada uno de quedarse con el pick número 1.
Tras determinar esas primeras posiciones, el resto del orden sigue criterios fijos. Del quinto al decimocuarto puesto se respeta la clasificación inversa, mientras que del 15 al 30 los equipos que sí llegaron a playoffs, se asignan también en ese orden inverso. De este modo, el sistema mantiene una dinámica justa y transparente para la construcción de las plantillas futuras.
Ser el número uno: una etiqueta que marca una carrera
Quien logra ser elegido en la primera posición del Draft de la NBA asume más que una oportunidad, carga con una gran responsabilidad. Se espera que ese jugador lidere un proyecto, renueve las esperanzas de una franquicia en crisis y responda a las altas expectativas mediáticas. Algunos lo logran y se convierten en íconos; otros quedan en el olvido.
Leyendas como LeBron James, Kareem Abdul-Jabbar o Shaquille O’Neal demostraron por qué fueron seleccionados primero. Su impacto trasciende las estadísticas, definieron épocas. Hoy, el pick número 1 sigue siendo una etiqueta codiciada, no solo por su valor deportivo, sino también por lo que representa en la historia de la NBA.