El Draft NBA 2025 está cargado de nombres que ya hacen ruido en la NCAA y que pronto podrían ser piezas clave en la liga. Esta nueva generación mezcla talento puro, físico imponente y mentalidad competitiva
El Draft NBA 2025 se perfila como uno de los más ricos en talento de los últimos años. A diferencia de clases anteriores, esta camada combina juventud, madurez competitiva y un nivel atlético que seduce a cualquier franquicia. Desde ya, varios nombres resuenan con fuerza para convertirse en referentes del futuro cercano. El salto desde la NCAA o el baloncesto internacional a la élite parece más corto para estos perfiles que, por físico y mentalidad, llegan listos para impactar.
Cooper Flagg, el alero de Duke, lidera todas las proyecciones con un perfil defensivo dominante, recursos en crecimiento y una presencia que recuerda a leyendas como Pippen o Kawhi. Junto a él, destaca Dylan Harper, un base con lectura de juego de élite, control de ritmo y eficiencia ofensiva que lo hacen ideal para equipos en reconstrucción como Nets o Wizards.

Anotadores versátiles y físicos imponentes en el radar
Otros prospectos que acaparan atención son Ace Bailey y VJ Edgecombe, dos exteriores con proyección anotadora pero realidades muy distintas. Mientras Bailey brilla por su creatividad ofensiva, aunque con irregularidad, Edgecombe impacta por su físico explosivo y potencial defensivo. Ambos podrían ser apuestas valiosas para equipos como Pelicans o Spurs, dependiendo de su evolución en el tiro y toma de decisiones.
Más allá del perímetro, Derik Queen y Tre Johnson representan perfiles opuestos pero igual de valiosos. Queen ha dominado el juego interior en Maryland con fundamentos sólidos, mientras que Johnson ha sido uno de los anotadores más prolíficos de la NCAA. Su capacidad para adaptarse a distintos esquemas ofensivos les asegura interés de franquicias como Raptors y Nets.
Talento oculto que puede escalar posiciones
En la zona baja del top, pero con potencial de subir en los próximos meses, aparecen Kon Knueppel, Khaman Maluach, Collin Murray-Boyles y Asa Newell. Knueppel ha sido una grata sorpresa en Duke, combinando eficiencia desde el perímetro y un carácter competitivo que agrada a scouts. Maluach, por su parte, es una torre de 2.16 m que impone respeto bajo el aro, aunque necesita desarrollar su juego lejos de la pintura.
Por último, no hay que perder de vista a Murray-Boyles y Newell, dos interiores con proyección moderna: móviles, versátiles y con buena lectura en defensa. Su impacto podría ser inmediato en equipos como Dallas, Bulls o Sixers. Ambos tienen las herramientas para convertirse en grandes robos del Draft si continúan puliendo sus debilidades ofensivas.