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El Intermedio de Wyoming dará visibilidad al cuelgue de Beatriz Montañez

El reencuentro de dos viejos colegas y por supuesto grandes amigos

Este jueves 25 de marzo El Intermedio del gran Wyoming tiene preparado una sorpresa para sus seguidores más fieles, se trata del regreso de una de las colaboradoras insignia del programa, hablamos de la siempre cordial Beatriz Montañez. Que luego de casi una década, vuelve al show de La Sexta para el homenaje de sus 15 años.

La visita también tiene otros fines como el de hablar de su último trabajo literario titulado Niadela (Ed. Errata Nature). Un libro donde cuenta sus experiencias y vivencias tras decidir vivir sola en un bosque y apartada de la sociedad. La obra relata también el día a día de la almadenense y otros detalles cotidianos.

Beatriz Montañez
Beatriz Montañez en el Intermedio, año 2008

La ex presentadora y escritora Beatriz Montañez fue una de las fundadoras de El Intermedio

transcurría el 2006 cuando Montañez se incorporó al programa de La Sexta El intermedio, presentado por El Gran Wyoming. Donde actuó como colaboradora con la sección “Fritanga de medios” antes “Revista de medios”. En la que se relataba en tono humorístico la actualidad política y social de cada día, y como tal le valió para ganar un Premio Ondas al mejor programa de actualidad.

Su carrera en El intermedio finalizó el 21 de diciembre de 2011, siendo sustituida por la periodista catalana Sandra Sabatés. Desde su salida el programa ha tenido ciertos cambios favorables pero también se ha perdido el toque que solo Beatriz sabía ponerle. El reencuentro traerá todos esos momentos que vivieron Wyoming y la escritora en el plató.

Niadela, el último trabajo de Beatriz Montañez donde relata su vida cotidiana en contacto con la naturaleza

Hace cinco años, la mujer nacida en Ciudad Real decidió dar un giro de 180 grados a su estilo de vida. Beatriz pasó de vivir en una casa de 200 metros cuadrados a una pequeña cabaña en un bosque. Sin electricidad y solamente con la luz del día y en la noche con velas. Cuenta que los primeros meses fueron los más difíciles. Pero que al igual el contacto con la naturaleza lo valía.

“Estuve un año y medio viviendo con velas, no había electricidad, había agua corriente pero no caliente. Después de un año me di cuenta de que me salía mucho más rentable instalar un equipo fotovoltaico que las velas, porque eran más de 100 euros al mes en velas”. Es tan solo uno de sus relatos en esta extraordinaria aventura.

Óscar Pasapalabra