Es noticia:

Enrique asusta en First Dates con su atracción por los yonkis

Los gustos del comensal asustaron a todos los televidentes, y hasta al mismo Sobera

Que un comensal busque un chico malo, que le guste hacer sus propias reglas es normal, pero que venga a First Dates buscando un Yonki, ya es pasar un limite, y al parecer, Enrique no los tiene. El estudiante de interpretación reconoció que se enamora muy rápido. “Me identifico con Verónica Forqué haciendo de Kika porque voy en el metro, y me enamoro; me voy de fiesta y me lío con uno una noche, y me enamoro. Puedo estarlo una semana”.

Luego confesó que siente atracción por los chicos que se drogan, algo bastante inusual en una persona que viene a buscar el amor al dating show. “Tiene que ser modernito, artista y que parezca que se droga. Es que me gustan los yonkis, que esté en un banco, lo veas y pienses que te va a joder la vida. Esos me gustan a mí”.

First Dates Enrique
Aunque Javier no era un yonki como quería Enrique, juntos pasaron una velada inolvidable.

Enrique se hundía más y más en First Dates, cada vez que explicaba su prototipo de hombre

Sobera quedó con bastantes interrogantes en su cabeza, luego de que Enrique dijera que venía en busca de un Yonki. “¿Me estás tomando el pelo?” exclamó el presentador. Ante el asombro de Carlos, el comensal explicó a detalle su hombre ideal. ” Me gustan Los macarras, no los buenos sino los que tienen la ceja bien cortada, los aros, el chándal… para mí esa es la gente de bien, no los que van con náuticos y el fachaleco”.

El Barman también se quedó sin palabras, y al verse a la cara con Sobera le dijo, “¿Vas a seguir preguntando?”, no tengo más que decir, señoría” comentó el presentador. Sin más preámbulo llegó su cita, Javier, que en su presentación agregó, “Parece que soy del PP, pero no, tranquilo, me he puesto guapo, sin embargo, suelo ir más de perroflauta”.

Aunque no fue un yonki lo que First Dates le trajo, Enrique quedó feliz con su cita

Enrique quedó con las ganas de conocer a un chico malote que de seguro jugaría con su corazón, pero estuvo contento con Javier, y eso se notó. Conversaron a gusto, rieron, se divirtieron, y además se veía que se atrajeron físicamente. En la decisión final, el madrileño expresó, “Tendría una segunda cita con Javier porque me ha parecido un buen chaval”.

Lo mejor de todo, es que el sentimiento fue recíproco puesto que el estudiante de química también quiso tener una segunda cita con el de interpretación. “Se me ha hecho corta la cita, ha fluido, hemos encajado y nos gustan cosas parecidas, eso está guay”. Esperemos que a Enrique ahora le gusten los chicos buenos y no los yonkis.

Iker Jiménez vuelve a ser relacionado con la derecha política