Es noticia:

Filtración inesperada en Juego de Tronos muestra secretos ocultos

Gemma Whelan, que dio vida a Yara Greyjoy contó detalles de los momentos de sexo

Han pasado más de dos años que los aficionados de Juego de Tronos tenían la certeza que la serie tenía que haber acabado, pero este es el momento en que la producción todavía sigue llamando la atención de todos los medios de comunicación. No es para menos, es una de las mejores ficciones.

Para muestra están unas fuertes declaraciones de la famosa actriz Gemma Whelan, que dio vida a Yara Greyjoy en la adaptación por parte de HBO de la saga literaria de George RR Martin, a cuenta del complicado proceso de rodar las a menudo controvertidas escenas de sexo en la serie.

Juego de Tronos
Juego de Tronos no para de sorprender

Una de las actrices de Juego de Tronos habló acerca de la manera en que se manejan las escenas

La intérprete ha contado que los directores solían dejar en manos de los actores la realización de esta clase de secuencias, sin darles indicaciones y dejando vía libre: “Solían decirnos, ‘Cuando gritemos acción, ¡id a por ello!’, y podía ser un caos frenético”, reconoce ante los medios de comunicación y los aficionados.

En cualquier caso, apunta que “entre los actores había siempre un instinto para consensuarlo el uno con el otro”. Pone como ejemplo una escena en un burdel en la que aparecía junto a una mujer prácticamente desnuda. “Hablamos entre nosotras sobre dónde se situaría la cámara y con qué estaba cómoda”.

Los coordinadores de intimidad ahora estarán en las producciones para manejar las grabaciones

En ese sentido, recuerda la experiencia de una de las secuencias tórridas más chocantes de la serie, la que Yara mantenía con Theon durante la gran segunda temporada, a lomos de un caballo. “Alfie estaba preocupado de si eso estaba saliendo bien. ‘¿Cómo vamos a hacer que esto funcione?'”, rememora.

Los problemas e imprevistos ahora empiezan a quedar atrás gracias a la aparición de una nueva figura, la de los llamados “coordinadores de intimidad”. Con estas figuras, “todo se convierte en coreografía”, cuenta Whelan: “Tú te mueves ahí, yo me muevo ahí, y el permiso y el consentimiento se da antes de empezar”.

Leones de Montepinar