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Alineaciones previstas Deportivo Alavés vs CA Osasuna J38 LaLiga

Última jornada en Mendizorroza, donde ya no se juega la gloria, pero sí el carácter. Alavés y Osasuna se enfrentan en un duelo que pesa más en emociones que en puntos. Un cierre de temporada entre el alivio y la despedida

La última jornada de LaLiga no siempre decide campeones, pero sí revela verdades. El Deportivo Alavés llega al cierre del telón en una posición que no emociona ni preocupa, 14º con 41 puntos, flotando entre el consuelo del deber cumplido y el sinsabor de lo que pudo ser. Mendizorroza, ese estadio que ha visto más noches grises que amaneceres brillantes esta temporada, se despide de su gente con un partido que ya no vale por la tabla, sino por el gesto, por el orgullo, por cerrar con dignidad.

Enfrente, Osasuna llega con traje de visitante, pero con porte de protagonista. Noveno, con 51 puntos, aún sueña con colarse entre los ocho primeros, lo que sería algo más que un premio estético, un cierre digno de su campaña seria y sin alardes. Mientras los navarros han sabido navegar con brújula estable, el Alavés ha sido más bien un barco que llegó a puerto, sí, pero tras dar demasiados tumbos. Y sin marejada de por medio.

Deportivo Alavés vs Osasuna
El Deportivo Alavés cierra una temporada de luces y sombras.

Duelo de estilos: cuando el músculo choca con la fluidez

En el tablero táctico, el contraste es tan nítido como una antítesis bien escrita. El Alavés plantea su ya habitual 4-4-2, un sistema que parece más un refugio que una propuesta. Antonio Sivera sigue bajo palos, rodeado de una defensa que combina la juventud de Mouiriño con la solvencia intermitente de Sedlar. En el medio, Guevara y Blanco son más bisturí que pincel; y arriba, Guridi y Kike García dependen más del error rival que de la creatividad propia. La táctica del escudo, más que de la espada.

Osasuna, en cambio, se presenta como un equipo que juega con el balón como un violinista con su arco: con precisión, con ritmo, con intención. Su 4-2-3-1, con Herrera como guardián fiable, despliega un bloque que combina firmeza atrás y juego entre líneas. Aimar Oroz, Rubén García y Bryan Zaragoza no necesitan espacio, solo una chispa. Y arriba, Budimir, que convierte cada pase en amenaza, sigue siendo ese delantero que huele el gol como los sabuesos el miedo.

El peso invisible: faltas, tarjetas y piernas cansadas

A estas alturas del campeonato, las estadísticas ya no son simples números: son cicatrices. El Alavés, con 608 faltas, lidera una clasificación que no se presume en ruedas de prensa. También ha recibido más tarjetas que nadie: 100 amarillas y 5 rojas. Como un boxeador que no ha sabido medir sus golpes, llega al último asalto con los nudillos doloridos y la guardia baja. Osasuna, en cambio, ha sido más quirúrgico, 502 faltas, 86 amarillas, y ni una expulsión. En una liga de extremos, su equilibrio ha sido su escudo.

Y por si fuera poco, los vitorianos llegan con una baja que no es menor, Abdel Abqar fuera por lesión. Una pieza más que cae en una retaguardia que ya caminaba sobre alambre. Osasuna, pleno de efectivos, parece llegar entero al final de un camino largo y empedrado. La diferencia puede parecer mínima, pero en el fútbol como en la vida los detalles deciden finales. Y en Mendizorroza, el telón bajará sin épica, pero con verdad.

EGD Alavés