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Alineaciones probables Athletic Club vs FC Barcelona J38 LaLiga

En Bilbao se juega algo más que un partido: se cierra una temporada, se mide el orgullo y se prueba la memoria. Athletic y Barça se enfrentan con objetivos distintos, pero una misma urgencia

La jornada 38 de LaLiga no trae promesas vacías, sino un duelo con sabor a epílogo y aroma de revancha moral. El Athletic Club, dueño de una defensa que parece esculpida en granito vasco, se enfrenta a un FC Barcelona coronado pero herido. Con 70 puntos y un cuarto puesto casi asegurado, los de Valverde quieren cerrar su campaña como se sellan las cartas importantes, con firma, fecha y testigo. Y San Mamés, ese templo donde hasta los ecos tienen acento vizcaíno, será juez y altar.

Del otro lado, el Barça llega campeón, sí, pero con el aplomo tambaleante de quien ha ganado la guerra y perdido algunas batallas. La derrota 2-3 ante un rival menor en la jornada anterior dejó una mancha de tinta en el pergamino de su temporada. Quieren borrar la mancha con una victoria en campo ajeno, aunque el pincel con el que lo intentan entre rotaciones y ausencias parece más brocha gorda que pluma fina. Irónicamente, el líder ofensivo del torneo se enfrenta a la mejor defensa como quien lleva un arpa a una lucha de espadas.

Athletic vs Barcelona
Valverde apuesta por un 4-2-3-1 reconocible

Duelo de pizarras: veteranía táctica vs juventud rotativa

Valverde, como buen orfebre de la solidez, no improvisa. Su once es casi una carta de amor a la continuidad. Unai Simón, inamovible como un faro en tormenta, dirige desde la portería una zaga de rostros familiares. Lekue, Vivian, Paredes y Yuri forman una línea de cuatro que no concede ni migas. El centro lo amurallan Ruiz de Galarreta y Beñat Prados, mientras que Sancet opera como médium entre líneas. En los extremos, Berenguer y Adama Boiro llevan dinamita en los pies, y Guruzeta, que no canta goles: los firma con caligrafía elegante.

Xavi, por su parte, parece haber llevado su libreta táctica a una guardería. Su alineación huele a futuro, a pruebas, a “ver qué tal”. Cubarsí, Eric García, Fermín López, nombres que prometen más que garantizan. Solo Ter Stegen y Lewandowski ofrecen la gravedad de la experiencia, como dos planetas en medio de un sistema solar en formación. En medio campo, Gavi y Pedri intentan imponer ritmo y criterio, pero sin los anclajes habituales, cada pase puede ser una carta al azar. Lo que el Barça propone en movilidad, lo arriesga en cohesión.

Bajas, cifras y la extraña justicia del fútbol

Las estadísticas disciplinarias cuentan una historia de equilibrio con sabor a empate técnico: 61 amarillas y 3 expulsiones por bando. Pero cuando se examina el parte médico, la balanza se inclina con una torpeza casi cínica. El Athletic llega entero, con todos sus engranajes aceitados y listos para la última función. El Barça, en cambio, parece un coro al que le faltan varias voces principales. Koundé, Araujo y Ferran Torres verán el partido desde el abismo del banquillo invisible, la enfermería.

Y aquí la ironía vuelve a hacer su pirueta: el equipo con más gol sufre donde más le duele en la defensa mientras el que mejor defiende sueña con un último golpe de gloria ofensiva. Porque si algo tiene el fútbol, es esa capacidad inigualable de convertir la lógica en anécdota y el pronóstico en papel mojado. El domingo, a las 21:00, Pablo González Fuertes dará el pitido inicial. Lo que ocurra después, ya no será estadística, será historia.

Martin Zubimendi