Cuando una estrella se apaga, otra empieza a brillar. El Bayern de Múnich despide a Leroy Sané y, casi sin pausa, centra su mirada en Nico Williams, el joven prodigio del Athletic que agita el mercado europeo
El Bayern de Múnich, ese metronomo implacable del fútbol europeo, ha empezado a marcar su compás de verano con una baja que suena más a estrategia que a despedida emocional. Leroy Sané, que alguna vez fue el niño prodigio del dribbling eléctrico y las promesas de grandeza, ha decidido no renovar. No hay lágrimas, solo un gesto serio y un adiós que huele a liberación. Porque cuando un jugador se va, a veces no es porque no encaje, sino porque alguien más necesita entrar.
Ese “alguien” parece tener nombre, acento vasco y vértigo en las piernas, Nico Williams. Con la salida del alemán, el Bayern no solo libera salario; abre la puerta de su banda izquierda, como si el Allianz Arena preparara la alfombra roja para un nuevo protagonista. Y no es una puerta cualquiera, es un lugar sagrado donde antes brillaron Ribéry y Robben, esos extremos que parecían bailarines de fuego en una pista de hielo. Nico, dicen en Múnich, podría ser el siguiente heredero.

Nico Williams: juventud, talento y la tentación bávara
A los 22 años, Nico Williams ya no es promesa, es una realidad escurridiza que todos quieren atrapar. Con su cláusula de 58 millones, es tan accesible como tentador, no es barato, pero tampoco imposible. Mientras el Athletic Club refuerza su muralla con renovaciones y cláusulas blindadas, desde Alemania llega el rumor disfrazado de certeza. El Bayern lo quiere. No lo tantea, lo desea. Como quien ya probó el vino de La Rioja y ahora quiere llevarse el viñedo entero.
La ironía, claro, está en el precedente. Porque el Bayern no es nuevo en esto de arrebatar joyas de Bilbao, ya lo hizo con Javi Martínez en 2012, pagando la cláusula y dejando al club vasco sin margen de maniobra. Hoy, los mismos fantasmas rondan Lezama, aunque esta vez tienen rastas, desborde y nombre de Nico. El club muniqués no suele insistir dos veces, cuando apunta, dispara. Y en este caso, ha cargado ya el cañón.
Verano de promesas rotas y decisiones definitivas
Lo que para unos es descanso en Ibiza, para otros es la antesala del drama veraniego. Mientras Nico toma el sol antes de concentrarse con España para la Eurocopa, su agente se broncea las manos leyendo ofertas. El Athletic le ofrece continuidad, amor y raíces. El Bayern, en cambio, le promete algo más volátil. Champions, gloria europea y presión sin anestesia. Dos universos opuestos, como elegir entre una casona en el Casco Viejo o un ático minimalista en Múnich.
El movimiento de Sané no parece una mera salida. Es una jugada quirúrgica, eliminar para seducir, vaciar para llenar. En esa plaza libre, el club bávaro ve a Nico no como una opción, sino como la pieza que completa el nuevo puzzle ofensivo. Y aunque aún queda mucho verano, la pregunta ya flota en el aire bávaro y bilbaíno, ¿será Nico el nuevo trueno en la tormenta alemana, o resistirá la llamada como quien ignora un eco lejano en la montaña?