El Athletic arropa a Yeray y San Mamés bendice su renovación

Yeray Álvarez vive un momento difícil por su sanción, pero cuenta con el apoyo del Athletic, de San Mamés y de sus compañeros para encarar su renovación y regreso en abril

Yeray Álvarez, central del Athletic, atraviesa días de esos que ponen a prueba más que las piernas, el alma. La sanción de diez meses por una violación no intencionada de las normas antidopaje ha caído como un jarro de agua helada en su carrera, interrumpiendo de golpe la rutina de un profesional que siempre ha exhibido entrega y disciplina. El positivo llegó en un control tras el duelo europeo ante el Manchester United, pero la consecuencia no se mide en resultados de laboratorio, sino en la cruel espera hasta abril para volver a pisar césped.

Este paréntesis, tan largo como doloroso, recuerda a esos inviernos vascos en que la lluvia no da tregua y parece que la primavera nunca llegará. Sin embargo, Yeray ha forjado su trayectoria entre lesiones, recaídas y renacimientos, su biografía parece escrita a base de obstáculos convertidos en combustible. Quizás por eso, aunque el golpe es duro, no suena a final, sino a otra página incómoda de un libro que todavía tiene capítulos por contar.

El respaldo de un vestuario que late al unísono

En medio de la tormenta, Yeray no camina solo. El vestuario rojiblanco, esa familia que suda en los mismos entrenamientos y sufre en las mismas derrotas, se ha volcado en abrazarlo a distancia. El primero en tenderle la mano fue Iñaki Williams, capitán de facto y voz del grupo, con un mensaje tan simbólico como profético, que la final de Copa en abril tendría a Yeray levantando el trofeo. Palabras sencillas, pero cargadas de fe, que el defensa guarda como un talismán en este tiempo de espera.

El eco del cariño ha traspasado incluso las paredes de Lezama. Mikel San José, excapitán y referente eterno, le recordó con ironía optimista que en mayo tocaba levantar también la Champions. Entre bromas y ánimos, dejó claro algo esencial: lo sucedido fue un error, sí, pero uno que no borra años de profesionalidad intachable. Porque Yeray no es un futbolista cualquiera, sino el espejo en que se miran quienes saben que la vida golpea y que el mérito está en volver a levantarse.

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Yeray Álvarez vive días complicados tras confirmarse su sanción de diez meses por una violación no intencionada de las normas antidopaje

San Mamés bendice la renovación

El Athletic, ese club que no ficha estrellas sino que las cincela en casa, también ha dejado claro que su confianza en Yeray no se ha resquebrajado. Aunque el contrato del central expira en 2026, la directiva no descarta acelerar conversaciones para sellar su continuidad. Un gesto que, más allá de lo administrativo, tiene el peso simbólico de un voto de confianza: aquí no se abandona a los suyos en la intemperie.

Y luego está San Mamés, la catedral. Un estadio que no solo juzga rendimientos, sino que acaricia a los suyos cuando más lo necesitan. La hinchada rojiblanca, fiel hasta la terquedad, ya ha convertido la sanción en un reto compartido. Abril se vislumbra como un nuevo comienzo, el regreso del central será, seguramente, menos un retorno individual que un triunfo colectivo. Como quien regresa “como un toro” tras meses de encierro, Yeray volverá con la fuerza de toda una ciudad empujándole hacia adelante.