Los datos confirman la “Nicodependencia”: el Athletic gana, genera y compite solo cuando el extremo bilbaíno está sobre el campo
Los números no dejan lugar a dudas: el Athletic Club depende por completo de Nico Williams. La temporada 2025/26 ha evidenciado que el equipo de Ernesto Valverde cambia radicalmente con o sin su jugador más desequilibrante. Según los datos difundidos por Movistar Plus+, los rojiblancos acumulan 5 victorias y 1 empate con el internacional español sobre el terreno de juego, manteniéndose invictos. En contraste, sin él, la estadística se desploma: 5 derrotas y solo un empate.
El impacto de Nico no se limita al marcador. Con él, el Athletic promedia 1,6 goles por partido, mientras que sin su participación la cifra se reduce a 0,3 tantos, casi una quinta parte. También se duplica el número de remates por encuentro: 9,2 frente a 4,1. La diferencia es tan pronunciada que su influencia ya se considera estructural en el modelo ofensivo del equipo.
Un Athletic con y sin Nico Williams: dos versiones distintas
La presencia del extremo bilbaíno ofrece verticalidad, ritmo y desborde. Su capacidad para romper líneas, atraer defensores y generar superioridades por la izquierda libera espacios para Iñaki Williams y Guruzeta, haciendo al equipo más profundo y peligroso. Sin él, el conjunto rojiblanco pierde sorpresa y movilidad: el juego se vuelve plano, previsible y con escaso peso en las transiciones.
Valverde ha probado alternativas como Berenguer o Robert Navarro, pero ninguno ha logrado replicar el desequilibrio ni el impacto emocional que genera Nico sobre el campo. El entrenador, consciente de esta dependencia, ha insistido en la necesidad de “mantener la identidad ofensiva incluso sin él”, aunque los datos muestran que el plan B todavía no funciona.

Más que un jugador, el motor del sistema
El Athletic sin Nico Williams no solo pierde un extremo; pierde su identidad ofensiva. Con él, el equipo presiona más alto, combina con mayor precisión y mantiene la iniciativa del juego. Sin él, la estructura se desordena y la confianza se diluye. El efecto se nota incluso en la posesión media, que cae casi un 10% cuando el navarro no está disponible.
La “Nicodependencia” se ha convertido en un fenómeno innegable: el Athletic necesita a su estrella no solo para ganar, sino para ser competitivo. En un equipo construido desde la intensidad y el ritmo, Nico Williams es el interruptor que enciende toda la maquinaria.




