Un fichaje desbloqueado a golpe de talonario: el club asume la amortización pendiente en Arabia y recupera a un central de élite
El Athletic Club ha cerrado oficialmente el regreso de Aymeric Laporte, central formado en Lezama que pone fin a su etapa en el Al-Nassr saudí. La operación, que parecía en vía muerta, se ha resuelto con una fórmula poco habitual en Ibaigane: el club bilbaíno ha desembolsado 8,5 millones de euros para cubrir la amortización pendiente del traspaso de 25 millones que los saudíes pagaron al Manchester City.
Laporte firma por tres temporadas en San Mamés, con un sueldo cercano a los 3 millones netos anuales, cifra que lo coloca entre los jugadores mejor pagados de la plantilla.
Un acuerdo complejo y simbólico
El fichaje se desbloqueó después de que el central renunciara a reclamar su tercer año de contrato en Arabia. El verdadero obstáculo estaba en el fondo soberano saudí, que se negaba a dejar marchar gratis a un jugador aún pendiente de amortización contable. El Athletic asumió esa cantidad y, con ello, abrió la puerta a un regreso esperado por la afición.
La antítesis es evidente: Laporte deja atrás el confort económico de la liga saudí para volver al rigor competitivo de LaLiga y la Champions; el Athletic, por su parte, hace un esfuerzo financiero poco habitual para repescar a un canterano que se marchó en plena madurez y que ahora regresa con experiencia en la Premier y títulos en la mochila.
Lo deportivo: competencia en la zaga
En lo futbolístico, Laporte llega para aportar jerarquía a una defensa donde Aitor Paredes se ha consolidado como titular y donde Yeray sigue pendiente de su sanción por dopaje. El reto para el francés será recuperar protagonismo en un equipo que ahora exige más que nunca.
Más que un fichaje, el regreso de Laporte es un mensaje: el Athletic puede mover músculo económico cuando se trata de un jugador que encarna la identidad de Lezama. Y en San Mamés ya resuenan las campanas: Laporte vuelve a casa para liderar desde atrás.
