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Hugo Rincón en la operación Areso: el Athletic mueve fichas con elegancia en el ajedrez navarro

En el tablero del fútbol del norte, cada movimiento se piensa tres veces. Y cuando Athletic y Osasuna se sientan a negociar, no solo intercambian jugadores: cruzan historia, cantera y orgullo territorial

Los rojiblancos quieren a Jesús Areso. No es ninguna novedad. El lateral navarro gusta en Bilbao por su intensidad, perfil físico y —no menos importante— su condición de jugador formado en Lezama. Porque sí, aunque su presente esté teñido de rojo osasunista, Areso conoce la filosofía del Athletic como si fuera suya. Y tal vez nunca haya dejado de serlo del todo.

El problema, claro, es que Osasuna no regala nada. Y menos a un vecino con quien comparte más que una autopista. La cláusula de 12 millones impuesta por el club navarro es clara, alta y firme. Pero en el Athletic creen que hay margen para negociar… y ahí entra el nombre de Hugo Rincón.

La antítesis perfecta: un joven que sube por uno que ya se curtió

Hugo Rincón, actual jugador del Mirandés, es uno de esos talentos que aparecen sin ruido y terminan convirtiéndose en pieza clave. Lateral diestro, con gran despliegue y mejores estadísticas en Segunda, ha sido una de las revelaciones silenciosas del curso. No lleva tatuajes de dragones ni hace celebraciones virales, pero sus datos hablan: recuperaciones, asistencias, metros recorridos. Futbolista de presente y, sobre todo, de proyecto.

Hugo Rincón
Hugo Rincón, quien ha cuajado una gran temporada en el CD Mirandés, podría ser una opción muy interesante para el lateral de Osasuna

La jugada que propone el Athletic es clara y calculada: incluir a Rincón como cesión o incluso parte de pago en la operación Areso, lo que reduciría notablemente la cuantía económica sin desmerecer la compensación deportiva para Osasuna. Un trueque con más cerebro que billetera, y que además refuerza el vínculo de desarrollo que tantos frutos ha dado entre Mirandés, Athletic y Osasuna.

Una operación con aroma a cantera… y a revancha

La historia entre Areso y el Athletic no ha sido sencilla. Salió del club vizcaíno tras un conflicto contractual que dejó huella en ambas partes. Pero el tiempo suaviza las heridas y endurece las convicciones: Areso ha madurado, y el Athletic necesita laterales puros como agua en el desierto.

Rincón, por su parte, tiene todo lo que buscan en Pamplona: proyección, humildad, ritmo competitivo y hambre. Y si bien en Bilbao ven en él un activo de futuro, entienden que en esta partida puede ser más valioso como moneda de cambio que como pieza en propiedad inmediata.

Lo interesante aquí es la doble lectura: si se cierra el acuerdo, Osasuna recibiría un perfil ya hecho a su medida y con más margen que Areso. Y el Athletic recuperaría a un viejo conocido con sed de reivindicación. Un cruce donde nadie pierde… si saben cómo jugarlo.

Una negociación con la discreción de los viejos tiempos

A diferencia de los culebrones mediáticos de la capital, en Bilbao y Pamplona se negocia en silencio. Aquí no hay agentes filtrando a medios de comunicación ni reuniones en hoteles con cristales ahumados. Solo llamadas, informes, y la intuición de que el equilibrio entre cantera y necesidad debe mantenerse como se mantiene una lumbre en invierno: con cuidado y constancia.

¿Se cerrará el trato? Aún no hay fumata blanco, pero se trata de una operación muy interesante para ambos clubes. Si Hugo Rincón entra en la ecuación, no será por capricho. Será porque en los despachos de Ibaigane han entendido que para traer de vuelta a uno de los suyos… a veces hay que ceder otro que también lo es.

Y eso, en el fútbol de hoy, es casi un gesto de romanticismo estratégico.