El buen entrenador podría verse alejado de los vascos tras una chance mucho más que tentadora
La continuidad de Marcelino García Toral en el Athletic Club de Bilbao sigue sin resolverse. Así lo destaca un medio, que se ha encargado de analizar la actualidad del estratega, y las complejidades que su situación puede presentar. No porque esté realizando un trabajo cuestionable, sino porque hay movimientos directivos que lo condicionan.
Y es que como bien se sabe, en verano se acudirá a los estrados para realizar las elecciones de presidencia. En ellas Elizegi no va a estar presente ya que da por terminado su ciclo. Eso es suficiente argumento, ya que fue él quién le contrató y le ha confiado el equipo desde el primer día.
Aunque en el Athletic están contentos con Marcelino todo lo condiciona a salir
La evolución del equipo es notoria. De hecho han disputado ya cosas importantes, y se mantienen en competencia pese a las dificultades en todo lo que disputan. Pero es claro que la nueva junta directiva quiera ajustar más su filosofía y ya se habla incluso de la posibilidad de poner en el cargo a un hombre de la casa.
Ese no es otro que Andoni Iraola, que ha visto como su legado se extiende en el Rayo Vallecano, con quiénes ha logrado ejercer presión en plazas de alto impacto, llegando a estar metido en zona de clasificación a Champions League. Aunque es tan solo una vaga idea, ya merodea el entorno y sacude al medio.
La ambición del asturiano es amplia
Pero que Marcelino se quede sin la posibilidad de ejercer un cargo importante en el club, no quiere decir para nada que vaya a caer en el ostracismo. Todo lo contrario, y es que la RFEF estaría pensando en él junto a Ernesto Valverde como los candidatos principales una vez Luis Enrique deje el cargo al finalizar el mundial.
Los análisis le avalan, y certifican sus capacidades. Entrenador con una amplia experiencia, que conoce el medio y que viene precedido de enormes resultados más allá de lo que es y genera estar en un club que limita sus contrataciones y presupuestos por seguir una línea que toda su vida le ha dado resultado.
