Adiós a veteranos y cedidos: ahorro millonario a la vista
El Atlético de Madrid se prepara para una revolución silenciosa este verano. No con fichajes galácticos aún, pero sí con una depuración de plantilla que apunta directamente al músculo financiero del club. La directiva ya ha trazado un escenario en el que hasta 55 millones de euros brutos en salarios podrían desaparecer del balance, sin necesidad de vender a ningún titular clave.
Todo comienza con dos nombres de peso y experiencia: Axel Witsel y César Azpilicueta. Ambos finalizan contrato y, salvo giro inesperado, no seguirán en el Atlético. Su adiós supone un alivio inmediato para las cuentas rojiblancas: 16 millones de euros brutos menos en salarios. Son veteranos valiosos, sí, pero cuyo papel en el equipo ha ido disminuyendo. La lógica económica, esta vez, se impone a la emocional.
Más salidas, más oxígeno: Reinildo, Correa, Lino y Riquelme
La posible salida de Reinildo, que aún negocia su renovación, implicaría otros 3 millones brutos menos para el club. Su perfil es apreciado por Simeone, pero las dudas físicas y la falta de garantías a largo plazo complican su continuidad.
Otro escenario más sensible es el de Ángel Correa. El argentino ha sido un recurso habitual, pero su salida dejaría libres 6 millones brutos por temporada. Si el Atleti encuentra comprador, el movimiento se considerará tanto económico como deportivo.
Y luego están Rodrigo Riquelme y Samuel Lino, dos jóvenes con proyección que, sin hueco claro en el once, podrían salir. Entre los dos, el club liberaría 5 millones brutos más en sueldos. Con todas estas operaciones juntas, el club alcanzaría un ahorro total de 35 millones brutos.
Saúl, Musso, Lenglet: el último paso para alcanzar los 55M
La guinda del plan la pondría la salida de Saúl Ñíguez, uno de los salarios más altos del vestuario, pero también uno de los más discutidos en cuanto a rendimiento. Si el club consigue liberar su ficha, y no mantiene a cedidos como Juan Musso y Clément Lenglet, el ahorro global subiría hasta los 55 millones de euros brutos por temporada.
Un movimiento de semejante magnitud no es casual: el Atlético busca margen para renovar a Griezmann, De Paul y Koke, fichar perfiles deseados como Baena o un delantero de élite, y al mismo tiempo mantener el equilibrio financiero que exige la nueva era del fútbol europeo.

Más que limpieza: una reestructuración estratégica
Lejos de parecer una simple poda de verano, esta depuración salarial es una decisión estratégica de largo alcance. El club quiere aligerar el vestuario de fichas pesadas que no rinden al nivel esperado y abrir espacio para una nueva estructura deportiva, más ágil, más joven y sobre todo más sostenible.
Si el Atlético logra ejecutar este plan sin perder competitividad, estará más cerca de ese modelo que mezcla exigencia deportiva con inteligencia financiera, una fórmula imprescindible para sobrevivir y competir entre gigantes.