La lesión de Fali deja al Cádiz CF sin su central titular durante varios meses, obligando al club a buscar urgentemente un refuerzo en el mercado para fortalecer el eje de la zaga y mantener la solidez defensiva en LaLiga EA Sports
El Cádiz CF ha comenzado la temporada con una herida abierta, la ausencia de Fali. El central valenciano, cuya fiereza en el césped era casi un emblema de la resistencia cadista, deberá someterse a cirugía y quedará fuera durante varios meses. La noticia, confirmada por el periodista Carlos Sacaluga, no solo trastoca los planes inmediatos del club, sino que obliga a la directiva a mirar el mercado con un sentido de urgencia que roza la desesperación. Paradójico, un hombre que había perdido parte de su brillo competitivo es hoy la pieza cuya falta más duele.
La lesión se gestó en un amistoso contra el Al Ettifaq de Arabia Saudí, pero su eco resuena mucho más allá de aquel día de pretemporada. La operación programada para el 18 de septiembre busca reparar la rodilla del jugador, aunque en el fútbol como en la vida las operaciones quirúrgicas no suturan el tiempo perdido. Fali no ha podido debutar oficialmente en la 25/26 y su sombra se alarga sobre el vestuario, que ahora se ve obligado a aprender a caminar sin el bastón que parecía tambalearse, pero que seguía sosteniendo al grupo.
La defensa en la cuerda floja
El eje de la zaga cadista se parece a una muralla medieval después de un asedio, erosionada, con grietas visibles y sostenida más por fe que por piedra. Bojan Kovacevic, pilar indiscutible, mantiene la compostura, pero cuando la Real Sociedad B puso a prueba a los gaditanos, la ausencia de un socio fiable dejó la fragilidad al descubierto. El fútbol, tan cruel, tiene un don especial para exhibir las debilidades en público.
Iker Recio, aún en fase de aprendizaje, intenta seguirle el paso con una mezcla de ímpetu y nervios. Pelayo Fernández, con apenas un partido a sus espaldas, sembró más dudas que certezas en Anoeta. Y Jorge Moreno, recién llegado tras un descenso con el Cartagena, aparece en la rotación como esa carta que uno guarda en la manga, aunque todos saben que difícilmente cambiará el rumbo de la partida. La zaga, en definitiva, es ahora un rompecabezas con piezas que no terminan de encajar.
El mercado como tabla de salvación
La ausencia de Fali ha convertido el mercado en un terreno de esperanza, casi de redención. El Cádiz CF explora la posibilidad de sumar un central experimentado que no necesite periodo de adaptación, alguien capaz de entrar al vestuario, calzarse las botas y aportar desde el primer minuto. Dos nombres resaltan en el horizonte, Pawel Dawidowicz, curtido en la Serie A, y Mattia Caldara, con pasado en AC Milan y Atalanta, hoy libre y a la espera de un proyecto que le devuelva protagonismo. Dos veteranos que podrían devolver estabilidad a un muro tambaleante.
La afición, por su parte, observa con una mezcla de ansiedad y paciencia forzada. Sabe que cada día sin fichaje es un día más de incertidumbre defensiva, y que el margen de error en LaLiga EA Sports es tan estrecho como una cuerda de equilibrista. El Cádiz CF está, pues, ante una oportunidad única, transformar la desgracia en impulso, el vacío en reinvención. La ironía es clara, el mejor fichaje de la temporada podría ser, precisamente, la ausencia de un hombre que ya no estaba en su mejor versión.