El Real Madrid afronta un reto histórico en la Champions League al medirse al Kairat Almaty en Kazajistán. Con varias bajas en defensa, Xabi Alonso apuesta por la unidad B y confía en Mbappé como referente ofensivo
El Real Madrid aterrizó en Almaty con la solemnidad de quien sabe que no pisa solo césped, sino historia. Tras casi 7.000 kilómetros de vuelo, el equipo blanco disputará ante el Kairat la segunda jornada de la Liga de Campeones en un escenario inédito, la primera vez que el club juega un encuentro oficial de Champions en suelo asiático. No es un detalle menor, sino una rareza geográfica y futbolística, apenas la segunda vez en todo el torneo que Europa cede espacio al continente vecino.
El duelo, por tanto, no es un trámite cualquiera. Se convierte en un capítulo singular para una entidad que, acostumbrada a conquistar territorios deportivos, ahora se ve invitada a ampliar también sus fronteras simbólicas. Jugar en Almaty no es solo enfrentarse a once rivales vestidos de distinto color, es cruzar un puente invisible entre dos mundos que rara vez coinciden en una misma alineación.
Bajas sensibles en la defensa
El panorama no llega con luces brillantes para Xabi Alonso. La sanción y la lesión muscular de Dani Carvajal un capitán convertido en espectador forzoso durante un mes dejan un vacío imposible de llenar con discursos motivacionales. A esa ausencia se añade el golpe sufrido por Eder Militao en el tobillo durante el derbi contra el Atlético de Madrid, otra pieza esencial que queda fuera del tablero.
Ante esta doble grieta, el entrenador no ha tenido más remedio que mirar hacia abajo, hacia la cantera. David Jiménez se suma a la expedición como refuerzo inesperado, mientras Huijsen, Asencio, Alaba, Carreras y Fran García deberán sostener la zaga con más determinación que experiencia. Es, en cierto modo, la paradoja del fútbol, lo que parece debilidad puede transformarse en oportunidad.
La apuesta de Alonso y la expectación en Almaty
El plan táctico del técnico pasa por un once que mezcla jerarquía y novedad. Courtois defenderá la portería con su habitual calma, Fede Valverde se transformará en lateral derecho y la pareja Huijsen-Asencio se adueñará del centro de la zaga, con Fran García en el carril izquierdo. En el mediocampo, Camavinga, Ceballos y Mastantuono tendrán el encargo de dar equilibrio, mientras que Rodrygo y Brahim flanquearán a Mbappé, el hombre que no solo busca goles sino también reafirmar su condición de estandarte europeo. En el banquillo, Gonzalo y Endrick aguardan su oportunidad.
Mientras tanto, el Estadio Central de Almaty, con sus 23.000 asientos, se prepara para latir con intensidad. Aficionados de Asia Central, Rusia y China aguardan un espectáculo que trasciende lo local, no se trata solo de ver al Real Madrid, sino de presenciar cómo el fútbol tiende puentes allí donde antes había fronteras. Tras la dolorosa derrota frente al Atlético (5-2), los blancos buscan reconciliarse con la victoria en un escenario tan lejano como simbólico.
