Un talento frenado por la pubalgia y la falta de ritmo
Nico Williams vive un declive tan inesperado como preocupante. La pasada temporada fue uno de los extremos más determinantes de Europa. Hoy, su impacto se ha desplomado.
Su rendimiento está condicionado por una pubalgia que le impide estar al cien por cien. Desde septiembre juega y entrena con dolor, sin continuidad y sin chispa en el desborde, lo que explica buena parte de su bajón competitivo. En LaLiga EA Sports, apenas acumula 529 minutos repartidos en solo ocho partidos, con un balance de un gol y una asistencia.
El partido contra el Newcastle, posible punto de inflexión
A pesar del mal momento, en el entorno del Athletic Club nadie da por perdido al extremo. En cuanto mejore físicamente y consiga ritmo de competición, puede soltar un partido diferencial en cualquier momento. Y muchos dentro del club creen que la visita del Newcastle en la Champions League puede convertirse en el inicio de su regreso a la mejor versión que deslumbró a media Europa la temporada pasada.
Un Nico sano, profundo y vertical cambia por completo el ataque rojiblanco: atrae marcas, desequilibra en banda, desordena defensas y genera ocasiones por pura amenaza. El problema es que la pubalgia no desaparece en días. Si recae, existe incluso el riesgo de intervención quirúrgica que le dejaría entre dos y tres meses de baja, un escenario que el club quiere evitar a toda costa.

Un bajón contundente: los números explican la preocupación
Más allá de las sensaciones, las cifras hablan solas: 8 partidos, 529 minutos, 1 gol y 1 asistencia. Para un futbolista que el curso pasado estuvo en la élite continental en regate, generación de ocasiones y participación ofensiva, el contraste es enorme.
El vestuario mantiene la confianza y el propio jugador está convencido de que volverá. Pero la situación exige paciencia, trabajo y salud. Porque cuando Nico está fino, cambia partidos, cambia temporadas… y cambia la vida de su equipo.




