Manolo González celebra el pase del Espanyol en Copa y avisa: “No habrá ningún partido fácil”

El doblete de Kike García permitió superar al Atlètic Lleida 1-2 en un duelo incómodo y sin concesiones en la primera ronda de la Copa del Rey

El RCD Espanyol cumplió y ya espera rival en la siguiente eliminatoria, aunque la victoria exigió esfuerzo colectivo. El técnico perico valoró el triunfo, la actuación de los menos habituales y el debut de jugadores jóvenes en un partido marcado por el estado del terreno de juego.

“Era un partido difícil de jugar”

González destacó el mérito de los futbolistas que no suelen tener muchos minutos, satisfecho con su implicación y nivel competitivo. Subrayó que el campo no estuvo en buen estado y lamentó la falta de condiciones: “Es una vergüenza cómo está el campo. No puede ser para el responsable”.

El entrenador insistió en que la Copa exige máxima concentración: ningún rival será cómodo y cada cruce será una final. Según él, la realidad del torneo demuestra que cualquier equipo puede sorprender.

Defensa de los canteranos y mirada al futuro

González defendió la titularidad de Fortuño y dejó claro que confía plenamente en el portero. Recordó que los jóvenes necesitan equivocarse para crecer y lo considera un guardameta de futuro para el Espanyol. También elogió el debut de Ferran Gómez, a quien calificó como el jugador del filial que más había merecido la oportunidad por su actitud en el día a día.

Sobre Javi Hernández, reconoció que fue un encuentro exigente tras su lesión, pero valoró positivamente su rendimiento y espera que aporte más con el paso de las semanas.

La Copa y las aspiraciones de temporada

González explicó que la competición es útil para repartir minutos y mantener activos a todos los integrantes del plantel. Sin embargo, fue claro respecto a los límites: el Espanyol no es un equipo diseñado para golear con facilidad, sino para trabajar y competir cada partido. Mantenerse en la zona alta de la liga y avanzar en Copa será complicado, pero la ambición es firme.

Para el técnico, el día a día marcará las posibilidades reales: menos discursos y más trabajo. El vestuario aspira a una gran temporada, pero sin perder de vista la realidad competitiva.