Pellegrini podría rotar hasta ocho jugadores ante el rival belga sin perder competitividad ni equilibrio táctico
El Real Betis afronta su compromiso europeo con una sensación que hace no tanto parecía impensable: la de poder cambiar casi por completo su once titular sin perder nivel. Los nombres sobre la mesa Valles, Ángel Ortiz, Bartra, Llorente, Ricardo, Deossa, Altimira, Riquelme, Lo Celso, Pablo García y Bakambu conforman una alineación de enorme solvencia que podría plantarse en Bélgica con plenas garantías.
La evolución del plantel verdiblanco es evidente. Hace apenas un par de temporadas, imaginar una rotación total de este calibre habría resultado arriesgado. Hoy, en cambio, Manuel Pellegrini dispone de una plantilla profunda, equilibrada y con soluciones en casi todas las líneas. Lo más probable es que mantenga su plan habitual: rotar entre siete y ocho jugadores, no los once, aunque el mero hecho de que la posibilidad exista refleja el salto competitivo del club.
Jerarquía, rotaciones y la importancia de los líderes
El caso de Aitor Ruibal ilustra bien el escenario actual. Todo apunta a que será titular en el lateral derecho, desplazando a Ángel Ortiz, ya que el técnico chileno confía plenamente en su fiabilidad defensiva y su capacidad de proyección.
En el eje de la zaga, Marc Bartra se perfila como socio ideal de Valentín Gómez. La experiencia y jerarquía del catalán pueden resultar determinantes para asentar al joven argentino, que sigue en proceso de adaptación al ritmo europeo. Esa combinación, además de dar seguridad, permitirá al Betis salir jugando con más criterio desde atrás.
En el centro del campo, Pellegrini maneja opciones de alto nivel. Lo Celso aporta creatividad y pausa; Altimira y Deossa suman recorrido y energía; mientras que Riquelme y Pablo García ofrecen desborde y conexión con la delantera. Arriba, Bakambu apunta a ser la referencia ofensiva, con la misión de aprovechar los espacios y dar descanso a los habituales titulares.
Un Betis más competitivo que nunca
El gran mérito de esta versión del Real Betis es la amplitud de su plantilla. Incluso con rotaciones masivas, el equipo mantiene equilibrio, carácter y potencial ofensivo. Pellegrini ha logrado construir un bloque en el que todos se sienten importantes, algo que se nota en el rendimiento global.
El duelo en Bélgica servirá como prueba del crecimiento colectivo: un test exigente para medir hasta dónde llega la fiabilidad de un grupo que, sin su jugador estrella, aún puede competir de tú a tú con cualquiera.