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El Barça sanción inminente de la UEFA en la Champions

Ceferin toma nota… y no hay CSD que salve al club azulgrana

El FC Barcelona podría enfrentarse a una sanción sin precedentes en la UEFA Champions League, según ha adelantado The Times. Las opciones que baraja el organismo que preside Aleksander Ceferin son dos, y ninguna es menor: una pérdida de puntos en la competición europea o la imposición de una plantilla reducida para disputar el torneo. Ambas sanciones están contempladas dentro del marco del nuevo control financiero de la UEFA… pero esta vez, el dedo apunta directo a la Ciudad Condal.

La advertencia tiene un tono que suena casi a ajuste de cuentas institucional. “Es el aviso de que las trampas que vio Tebas con Dani Olmo las ha visto Ceferin”, advierte el medio británico, aludiendo a las supuestas irregularidades financieras que el Barça ha tratado de sortear con ingeniería creativa, ventas fantasmas y promesas por cobrar. En resumen: en Europa no hay Consejo Superior de Deportes que pueda ponerle un paraguas a la tormenta.

Ceferin

Sombra financiera y realidad competitiva

La UEFA lleva tiempo observando con lupa las cuentas del club azulgrana, especialmente desde que empezaron las famosas “palancas” que permitieron inscribir jugadores a última hora, pese a estar técnicamente por fuera de los márgenes salariales aceptables. Lo que en LaLiga podía maquillarse con fórmulas patrias y tensiones institucionales, en Europa no pasa el filtro: Ceferin no olvida el caso Negreira, ni los movimientos financieros de dudosa sostenibilidad que el Barça ha activado en las últimas ventanas de fichajes.

La sanción podría llegar antes del arranque de la próxima edición de la Champions, y marcaría un antes y un después en la relación entre el Barça y los órganos rectores del fútbol continental. No es solo una advertencia al club, sino un mensaje a los gigantes de Europa: el nuevo marco de sostenibilidad económica no será papel mojado.

De confirmarse, el Barça tendría que afrontar la máxima competición europea en clara desventaja, ya sea con menos jugadores disponibles o partiendo con un lastre de puntos que condicione su clasificación. Un castigo que, en lo simbólico, recuerda al viejo principio: el que hace trampas en el juego, no juega. Y menos si el árbitro no lleva escudo nacional.

EGD Barcelona