El presidente presiona al Ayuntamiento de Barcelona para reabrir el estadio en octubre, con 45.000 espectadores, mientras perfila un espacio polémico para la animación
Joan Laporta vive obsesionado con el regreso del FC Barcelona al Camp Nou. El presidente culé ha intensificado la presión sobre el Ayuntamiento de Barcelona para obtener cuanto antes el permiso de primera ocupación y así poder estrenar el renovado estadio el próximo 18 de octubre en el partido frente al Girona. En juego hay mucho más que el factor deportivo: el club necesita generar ingresos de forma urgente para cumplir con los compromisos financieros adquiridos con Goldman Sachs, pieza central en la financiación de las obras.
El dirigente se muestra optimista. “El Camp Nou volverá a ser el mejor campo del mundo y será la clave de la recuperación económica del Barça”, aseguró en su última comparecencia. El club estima que la explotación del estadio le reportará unos 350 millones de euros anuales, con dos pilares destacados: el nuevo museo interactivo, bautizado como Barça Experience, y los palcos VIP, que esperan aportar alrededor de 200 millones por temporada. Además, se proyecta un boulevard interno entre la primera y la segunda grada para potenciar la experiencia comercial de los aficionados.
La nueva Grada d’Animació, un proyecto que genera ilusión y recelos
Más allá del aspecto económico, Laporta también ha puesto en el centro de su agenda el regreso de la Grada d’Animació, desactivada en Montjuïc tras el veto a los grupos Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça. La sanción de 21.000 euros por insultos de los ultras y el enfrentamiento directo con el presidente desembocaron en su disolución, una medida impopular que provocó protestas de la masa social.
El plan actual contempla un nuevo espacio en el Gol Sur del Camp Nou, con 1.270 asientos destinados a animación continua. La gran novedad, según trasladó el club en reuniones con socios, es que no habrá peñas ni liderazgos, sino un modelo similar al del Real Madrid en el Bernabéu: una grada “más tranquila y menos violenta”. La intención de incluir también turistas entre los ocupantes de este espacio ha generado malestar entre los socios de la antigua grada, que lo interpretan como un paso hacia la comercialización de la animación y no como un proyecto puramente social.
Un estadio en transformación: del permiso municipal a la gran reapertura
Mientras tanto, las obras avanzan en las gradas de Tribuna, Gol Sur y Lateral. El club confía en que el Ayuntamiento dé el visto bueno a la reapertura parcial del Camp Nou con capacidad para 45.000 espectadores en las próximas semanas. El proyecto final contempla un estadio con 104.600 localidades, todas cubiertas, 69 ascensores, 78 escaleras mecánicas y 3.000 plazas de parking subterráneo.
Los plazos, sin embargo, se han retrasado respecto al calendario inicial: la previsión es que el estadio esté terminado a finales de 2027, un año y medio más tarde de lo anunciado. Con todo, Laporta insiste en que el retorno al Camp Nou marcará el punto de inflexión definitivo para que el Barça supere sus problemas financieros y recupere la grandeza deportiva en un escenario modernizado y global.