Las críticas al presidente de LaLiga se multiplican tras la manipulación en la retransmisión de la protesta de los futbolistas que consiguen que el encuentro no se celebre en Miami
La controversia por la censura en televisión de la protesta de los jugadores contra el llamado “plan Miami” ha vuelto a colocar a Javier Tebas en el centro de la tormenta. Según múltiples denuncias en redes sociales, durante la última jornada de LaLiga las cámaras oficiales evitaron mostrar la pancarta y los gestos de los futbolistas que expresaban su oposición al proyecto de trasladar partidos oficiales (Villarreal CF-FC Barcelona) a Estados Unidos.
El episodio ha desatado una ola de indignación entre aficionados, periodistas y miembros del propio colectivo de jugadores, que acusan al presidente de la patronal de manipular la narrativa mediática y limitar la libertad de expresión de los protagonistas del juego. “Tebas se cree que todo esto es su cortijo”, comentaba un usuario en tono sarcástico, reflejando un sentimiento ampliamente compartido.
LaLiga y el pulso por el control del negocio
El conflicto no es nuevo. Desde hace años, los futbolistas reclaman mayor participación en las decisiones estructurales del campeonato, especialmente en aspectos que afectan directamente a su salud, su calendario o su imagen pública. La protesta por el “plan Miami” un proyecto que pretende disputar encuentros oficiales en Estados Unidos para expandir el mercado ha sido el detonante de un malestar acumulado.
Muchos ven en Tebas la figura de un dirigente autoritario y desconectado de la realidad del vestuario. Las críticas más duras lo describen como un “cacique con ínfulas”, un reflejo, según algunos, del fútbol español actual, donde las decisiones económicas priman sobre las deportivas.
Los jugadores piden un cambio de modelo
Diversas voces dentro del colectivo profesional reclaman que los futbolistas tomen un papel más activo en la gestión del fútbol, inspirándose en modelos como la NBA o la NFL, donde los deportistas tienen representación real y poder negociador. “Sin los jugadores no hay nada”, repiten quienes abogan por un cambio estructural que devuelva el equilibrio entre negocio y deporte.
De momento, ni LaLiga ni Tebas han ofrecido una explicación pública sobre la censura de las imágenes, aunque el episodio ha abierto un debate profundo sobre los límites del control institucional y la necesidad de democratizar la gobernanza del fútbol español.