Es noticia:

Laporta no engaña a Nico Williams

Nico Williams no jugará en el Barça. Otra vez. Pese a los guiños, los rumores y las promesas lanzadas al viento desde los despachos azulgranas, el extremo ha elegido quedarse en Bilbao

El FC Barcelona volvió a caer en su propia trampa narrativa. Durante semanas, el runrún mediático anunciaba la llegada inminente de Nico Williams como si fuera un pacto ya firmado con el destino. Todo apuntaba a un fichaje estratégico, un golpe maestro de planificación deportiva. Pero la historia terminó como esas películas que prometen final feliz y acaban en créditos lentos y decepcionantes. Nico se queda en Bilbao, y Laporta, otra vez, queda expuesto entre promesas altisonantes y realidades inmutables.

Lo que debía ser una ofensiva astuta terminó revelando la descoordinación crónica del Barça. Mientras Jon Uriarte reforzaba su proyecto con silenciosa firmeza, desde Barcelona se filtraban garantías de inscripción, fechas tentativas y supuestas predisposiciones del jugador. La antítesis es brutal, donde unos ofrecían hechos, otros repartían ilusión. El extremo navarro no fue seducido por la nostalgia culé ni por la retórica presidencial. Prefirió seguir creciendo en un club que, sin tanto ruido, supo proteger su joya.

Nico Williams
La ilusión de un fichaje que nunca fue

Palabras huecas, decisiones ajenas

Desde los despachos del Barça se vendió humo con aroma a certeza. Se habló de cláusulas listas para ser abonadas, de cálculos contables mágicos, de un “sí” inminente. Pero mientras la narrativa azulgrana se inflaba como un globo de helio, el Athletic operaba con precisión quirúrgica. Mejoró el contrato de su jugador y reforzó su proyecto sin necesidad de aspavientos. El contraste no puede ser más revelador, una entidad que promete sin poder, frente a otra que ejecuta sin alarde.

El 24 de junio fue la fecha que desnudó la farsa. El entorno de Nico tanteó una salida, sí, pero no porque creyera en el proyecto culé, sino porque sabía que podía exigir más donde ya estaba. Uriarte entendió la señal y respondió como se espera de un líder, sin victimismo, sin excusas, con decisión. Laporta, en cambio, no logró ni lo básico, encajar al jugador en un puzle financiero que ya no admite más piezas. El famoso 1:1 ese corsé económico de LaLiga volvió a asfixiar un deseo que nunca tuvo cuerpo.

El Barça y la nostalgia de su propia grandeza

Laporta vuelve a refugiarse en su libreto favorito, que si el jugador no lo tenía claro, que si no vale la pena forzar un fichaje. Pero hay hechos que hablan más fuerte que los discursos. Nico Williams ha dicho “no” al Barça por segunda vez, y esta vez cuando el escenario parecía idóneo. No se trata solo de un rechazo deportivo; es una grieta simbólica que evidencia el desajuste entre lo que el club cree ser y lo que realmente puede ofrecer.

La pérdida va más allá del césped. No solo se escapa un extremo eléctrico que habría aliviado la carga de Lamine Yamal. Se desvanece también la posibilidad de un relato renovado, de un futuro prometedor. Y, sobre todo, se erosiona la credibilidad de una gestión que vive atrapada entre su pasado glorioso y un presente que no perdona errores. Como quien insiste en reconquistar a un amor que ya rehízo su vida, el Barça sigue cortejando a jugadores que prefieren certezas antes que recuerdos.

Cristiano Ronaldo

Ultimas noticias en elgoldigital