Marc Casadó mueve ficha y elige a Jorge Mendes como nuevo agente en una decisión que sacude el futuro del Barça

El cambio de representante acerca a Marc Casadó a la órbita de Jorge Mendes, cada vez con más poder dentro del FC Barcelona

A veces, los cambios que parecen silenciosos son los que más ruido hacen. Y en el fútbol, cambiar de agente no es solo firmar un papel. Es un paso, una declaración, casi un mensaje cifrado. Eso acaba de hacer Marc Casadó, que ha confirmado lo que ya era un secreto a medias: deja su antigua agencia para entrar bajo el paraguas de Jorge Mendes, uno de los representantes más influyentes del mundo y, también, una figura que sigue ganando terreno dentro del FC Barcelona.

Para Casadó, esto no es solo “tener a alguien nuevo que lleve sus cosas”. Es ponerse de la mano de quien mueve operaciones, abre puertas, desbloquea salidas y entradas, y tiene línea directa con la cúpula blaugrana. No es casualidad que en la cartera de Mendes estén Lamine Yamal, Alejandro Balde o Ansu Fati. Ni es casual que el portugués se haya convertido en una sombra permanente en La Masia, donde cada año suma más nombres entre juveniles y jugadores del filial. El movimiento de Casadó tiene algo de comienzo y algo de advertencia: quiere estar donde pasan las cosas.

El crecimiento de Marc Casadó en el FC Barcelona y su tasación disparada muestran cómo su carrera empieza a cambiar de velocidad

Hace un año, Casadó era uno de esos jugadores prometedores del filial, de los que el aficionado conocía de oídas. Hoy, su nombre pesa. Su tasación pasó de 2,5 a 30 millones de euros según los portales especializados, gracias a su titularidad como pivote en el arranque del curso pasado y a su llegada a la Selección española absoluta. Ese salto no es solo fútbol. Es confianza, oportunidad y un poco de ese brillo que aparece cuando un club grande te mira con ojos de proyecto.

Es verdad que ahora ha perdido protagonismo. Las lesiones abrieron huecos, él entró y respondió, pero con el paso de las semanas es previsible que vuelva a quedar en segundo plano. Sin embargo, en el Barça nada es casualidad: si un jugador que no es fijo mueve ficha con Mendes, normalmente es porque algo se está cocinando de cara al mercado.

El verano pasado tuvo propuestas de la Premier League. Ofertas serias, de clubes con dinero y minutos. Él dijo no. Quiso quedarse, competir, demostrar que podía pelear el puesto. Pero el Barça, con su eterna necesidad de vender antes de comprar, no descarta salidas en junio. De hecho, 35 millones habrían sido suficientes para abrirle la puerta. Si ahora vuelve una oferta así… con Mendes de intermediario, será más difícil que la historia termine igual.

La influencia de Jorge Mendes en el futuro cercano del FC Barcelona apunta a operaciones decisivas dentro y fuera del Camp Nou

Mendes tiene algo que pocos representantes tienen: relaciones. Con Deco, con Joan Laporta, con grandes clubes europeos y con mercados donde se mueve dinero de verdad. Fue clave para traer a Joao Félix y Joao Cancelo en condiciones favorables. También para operaciones de salida, como la venta de derechos de Francisco Trincão al Sporting de Lisboa, o la marcha de Ansu Fati al AS Mónaco. Incluso dejó una oferta lista del Wolverhampton por Gerard Martín, que el jugador rechazó.

Y no se detiene. Estuvo hace unas semanas en Barcelona para tratar la renovación de Lamine Yamal y ya negocia la representación de otro titular del primer equipo a partir del 1 de enero. Casadó, así, no es un caso aislado: es parte de un tablero más grande en el que Mendes está colocando piezas.

Lo que viene ahora es incertidumbre con forma de oportunidad. Casadó quiere minutos, crecimiento y una carrera real. El Barça quiere ventas para fichar. Mendes quiere influencia y operaciones. Cuando esos tres intereses coinciden, suelen pasar cosas.