El conjunto de Míchel, más competitivo que al inicio, sufre un grave problema en los tramos finales de partido
El Girona FC ha mostrado una clara mejoría en su juego respecto a las primeras jornadas de LaLiga, con un equipo más sólido, valiente y competitivo. Sin embargo, algunos detalles puntuales están lastrando su rendimiento y, sobre todo, su puntuación.
Cuatro goles encajados en el añadido
Desde el minuto 70 hasta el final de los partidos, el Girona ha recibido cuatro goles, todos ellos en tiempo añadido. Aunque la cifra no parece alarmante, esos tantos le han costado cinco puntos, que lo habrían colocado décimo, empatado con el Deportivo Alavés.
Un patrón que se repite
El equipo catalán vuelve a ser el que más goles encaja en el tiempo extra, igualando los registros de la temporada 2024–25. Es un problema recurrente que revela cierta falta de concentración o gestión emocional en los instantes decisivos.
Objetivos claros para mejorar
Entre los retos inmediatos del Girona, figura la necesidad de mantener la portería a cero al descanso, un aspecto que podría dar más estabilidad y control en los partidos. También preocupa el desfase defensivo en Montilivi, donde el conjunto gerundense está encajando demasiados goles.
Un problema en casa
El último ejemplo fue el empate ante el Real Oviedo, un rival que, sobre el papel, tiene dificultades para generar ocasiones claras. Sin embargo, el Girona volvió a conceder en los minutos finales, dejando escapar un triunfo que parecía asegurado.
Mientras el juego colectivo progresa, los números defensivos siguen siendo un obstáculo evidente para que el equipo dé un salto en la clasificación. Corregir los despistes finales será clave para consolidar su crecimiento.
