Míchel contra las cuerdas en Girona tras la goleada del Levante

La derrota por 0-4 en Montilivi deja al equipo como colista, con 15 goles en contra y un técnico muy cuestionado

El Girona atraviesa uno de sus momentos más críticos desde su regreso a Primera. La goleada encajada frente al Levante (0-4), con dos expulsiones incluidas, ha desatado la frustración en Montilivi. Parte de la afición abandonó el estadio antes del pitido final, gesto que no pasó inadvertido para Míchel: “Entiendo que la frustración es para todos. La afición incluida, pero les necesitamos”. El técnico, visiblemente resignado, repitió un discurso ya habitual en las últimas jornadas: orgullo, autocrítica y la certeza de que quedarse con dos menos anula cualquier posibilidad de competir.

Una racha negativa que se prolonga desde la temporada pasada y que parece entrar en su punto de no retorno

El Girona suma solo un punto en lo que va de temporada, con un balance nefasto de 15 goles encajados. La sensación de bucle en las comparecencias de Míchel refleja un equipo sin respuestas futbolísticas ni anímicas, algo que arrastra desde la jornada 20 del curso anterior. La derrota ante el Levante ha sido calificada por muchos como la puntilla: un partido desastroso en el que la imagen mostrada preocupa tanto o más que los números.

El futuro de Míchel, en entredicho: una de sus últimas charlas como técnico rojiblanco podría estar cerca

El desgaste del técnico madrileño es evidente y la presión aumenta en el entorno del club. Con el equipo colista, el crédito de Míchel parece agotarse y su continuidad al frente del banquillo se tambalea. La pésima dinámica competitiva, el hartazgo de la grada y los resultados hunden la confianza en un proyecto que necesita una reacción inmediata. Todo apunta a que las próximas horas o jornadas podrían marcar el desenlace de una etapa que, de momento, se apaga con más sombras que luces.