El extremo del Leganés es una de las sensaciones en el comienzo de la categoría de plata. Potente, fuerte y con técnica, el caboverdiano advierte que ésta será su temporada.
De un fichaje fantasma a ovacionado en el Butarque, Henrique Barros Lopes, “Duk”, desplegó todas sus armas en los primeros cuatro encuentros del conjunto pepinero en LaLiga Hypermotion. Tras el descenso, la salida de Dani Raba y la merma en el rendimiento de Juan Cruz, la afición encontró en el atacante africano una nueva esperanza para poder soñar con el regreso a Primera.
Duk llegó a cambio de 480 mil euros del Aberdeen de Escocia y su valor de mercado ya asciende al millón y medio. La institución madrileña apuesta a que el futbolista de 25 años extienda su gran momento y se transforme en una de las revelaciones de la temporada. Su nombre empieza a sonar con fuerza en Segunda y en toda España. Su contrato vence en 2027, por lo que la directiva ya analiza presentar una oferta de renovación para atarlo.
Del ostracismo a una referencia en ofensiva
A su llegada el pasado invierno, Duk apenas tuvo minutos para mostrarse: participó en 10 partidos que no llegaron a dos completos. No tuvo trascendencia en prácticamente ninguno de los partidos. Solo fue titular frente al Sevilla, donde no convenció al entrenador y volvió a quedar relegado.
En el inicio de este curso todo cambió. Tras las salidas de Dani Raba y el complejo escenario que rodeó a Juan Cruz durante todo el mercado veraniego, Duk tuvo su oportunidad y no la desaprovechó. Pese a que el Leganés aún no ha cosechado victorias (4 empates), el africano se las ingenió para transformarse en el jugador más peligroso en la fase ofensiva. En cuatro encuentros lleva un gol y una asistencia.
El delantero que Borja no pidió
La llegada de Duk al Leganés reflejó una gestión marcada por la improvisación y la falta de una estrategia clara en el mercado. El delantero, seguido desde hace tiempo por la dirección deportiva, terminó recalando en Butarque más por descarte que por convicción. Con Mohamed y Dessers fuera de alcance y la marcha de Haller, la operación respondió a la urgencia, no a una apuesta real del entrenador Borja Jiménez, que ni siquiera había pedido al caboverdiano.
El caso de Haller, meses atrás, ya había dejado en evidencia esa tendencia: un fichaje ilusionante sobre el papel, pero fallido por la condición física del jugador. En ese vacío apareció Duk, que gracias a su sacrificio y fútbol está haciéndose un nombre en la categoría. Tanto es así que ya se ha convertido en uno de los nuevos ídolos de Butarque.