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14 años de cárcel pide la fiscalía a Al-Thani

La Fiscalía pide cárcel, los aficionados del Málaga CF piden libertad

La historia tiene tintes de tragicomedia: un club centenario, un jeque ausente, y una ciudad que hace años dejó de creer en los cuentos de Oriente. La Fiscalía ha solicitado 14 años de prisión para Abdullah Al-Thani y sus tres hijos, acompañados por penas de entre cinco y dos años para cinco ejecutivos del club. Pero como bien sabemos en este país de esperas interminables, las peticiones judiciales no siempre se traducen en realidades inmediatas.

Todo empezó en 2019, cuando la Asociación de Pequeños Accionistas esa resistencia silenciosa que no sale en los titulares pero sostiene el alma del club interpuso una querella. Entonces, su abogado era Francisco Valverde, que ya no ostenta el cargo pero sigue el proceso como quien observa un incendio que él mismo encendió con una cerilla legal.

Valverde pasó por los micrófonos de Deportes Cope Málaga para analizar la petición fiscal. Su conclusión fue sobria: se avanza, sí, pero al ritmo de una tortuga con resaca judicial. Más que una vía directa a la justicia, esto parece una estrategia de presión para forzar al jeque a soltar lo que nunca debió acaparar.

“Es lo que esperaba”, dijo con la mesura de quien ya ha perdido varias ilusiones. La investigación revelaba indicios de delitos. Los recursos de Al-Thani fueron rechazados uno a uno, como cartas de amor a un buzón cerrado. Para Valverde, las penas solicitadas no son exageradas. “Si yo aún estuviera al frente, me adheriría sin dudarlo”. Pero ni eso lo hace ilusionarse. Porque el final del túnel, aunque tenga forma de sentencia, sigue siendo bruma.

Entre juicios improbables y un club sin dueño

El procedimiento judicial está en una fase crucial pero tediosa. Ahora toca que cada parte redacte sus escritos: la Fiscalía ya lo hizo, la APA también lo hará, los denunciados igual. Después, el caso será elevado al juzgado penal. Pero juzgar a una familia instalada en Catar, sin acuerdo de extradición, es como intentar pescar atunes en un charco.

“Me da igual lo que le pase al señor Al-Thani”, insiste Valverde. Lo que le importa es el Málaga. “Si este señor no quiere invertir, que se quite de en medio. Que venga otro, cualquiera, pero otro”. Porque el problema no es solo judicial, es emocional. Es el club de una ciudad que vive como si cada fin de semana se decidiera su identidad.

Y si el juicio no se celebra porque los Al-Thani no se presentan, la jueza tendrá que maniobrar. Rebeldía no es técnicamente posible en derecho penal. Deben defenderse, aunque sea por escrito. Y eso significa más retrasos. Más tiempo perdido. Más afición en vilo.

Al-Thani Málaga
Al-Thani en juicio por el Málaga CF

Las acciones embargadas podrían tener un destino si el juez lo decide. Pero si no hay juicio y los delitos prescriben, el jeque podría quedar libre. Impune. Como quien juega al Monopoly con la justicia y siempre saca doble seis.

Valverde expresa una mezcla de resignación y claridad quirúrgica. Cree que algunos ejecutivos simplemente obedecían órdenes. No eran los arquitectos del saqueo, sino peones de un ajedrez sucio. Pero los culpables principales, dice sin rodeos, son los Al-Thani.

Lo repite como una plegaria laica: “No estoy contento hasta que el Málaga salga de sus manos”. Da igual que le caigan 10, 15 o 20 años que probablemente nunca cumplirá. Lo único que le importa es que venda. Que libere al club. Que alguien invierta. Que Málaga vuelva a tener equipo, no rehén.

Y si la justicia no puede hacer más, quizá haya que buscar vías creativas. Fórmulas para despojarlo de sus acciones. Mecanismos para devolverle a la ciudad lo que es suyo. Porque lo importante, al final, no es castigar al jeque. Lo importante es que el Málaga, ese club que huele a mar y a domingo, recupere su dignidad.

EGD Málaga

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