¿Por qué al Athletic le cuesta tanto hacer goles?

El equipo genera ocasiones pero carece de verticalidad, agresividad y determinación ofensiva en la finalización de las jugadas clave

El Athletic atraviesa un momento preocupante de cara a puerta. El análisis del último partido deja claro que las oportunidades se generan, pero no se transforman. El primer gran factor es el menor uso de los centros laterales: el área se carga mucho menos, lo que reduce las opciones de remate. En varias jugadas en las que el equipo logró ganar línea de fondo, la acción terminó sin centro claro o con una decisión equivocada.

A ello se suma un problema evidente de colmillo. Los atacantes dudan, frenan las transiciones y optan por disparos lejanos de escasa calidad en lugar de buscar finalizaciones más claras dentro del área. La consecuencia es una falta de agresividad ofensiva que termina por diluir las ventajas que se consiguen en campo rival tras las numerosas recuperaciones de balón.

Transiciones poco efectivas y errores en la toma de decisiones reducen el peligro ofensivo del Athletic

El Athletic roba muchos balones en campo rival, pero no los aprovecha. Sus transiciones, tradicionalmente rápidas y verticales, ahora se convierten en ataques espesos y predecibles. En lugar de atacar con sencillez los espacios, el equipo frena, complica las acciones y termina sin finalizar jugadas que podrían ser letales. Esa falta de determinación resta identidad a un Athletic que siempre ha destacado por la verticalidad y la contundencia en los metros finales.

Las estadísticas de los últimos encuentros lo confirman: muchas llegadas, pocas ocasiones claras y casi ningún remate de calidad. Los centros no encuentran destinatario y los disparos desde fuera del área carecen de precisión. Todo ello refleja un problema colectivo de toma de decisiones ofensivas.

La falta de inspiración de Iñaki Williams y Oihan Sancet agrava la crisis goleadora rojiblanca

Más allá de lo táctico, también pesa lo individual. Iñaki Williams y Oihan Sancet, dos de los jugadores diferenciales del Athletic, atraviesan un momento de forma bajo. Sin la chispa del primero ni la creatividad del segundo, el equipo pierde profundidad y calidad en los metros finales.

La conclusión es clara: el Athletic necesita simplificar en la fase de finalización, volver a cargar el área y recuperar la esencia de la verticalidad. Solo así los delanteros podrán reencontrarse con su mejor versión. Hasta que no logre recuperar esa agresividad característica, el conjunto rojiblanco seguirá sufriendo para traducir su esfuerzo en goles. La lesión de Nico Williams tiene una sombra muy larga.