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El Real Oviedo sueña con Kévin Lomónaco, central argentino de 12 millones que Paunovic quiere en el Tartiere

El Real Oviedo apunta a Kévin Lomónaco como su gran objetivo para reforzar la defensa de Paunovic este verano, pese a las complicaciones económicas del fichaje

En Oviedo se habla de fútbol como en otros lugares se habla del clima, con resignación, esperanza y un toque de superstición. Veljko Paunovic, técnico de mirada inquieta, espera en el Carlos Tartiere lo que podría ser su refuerzo más ambicioso, Kévin Lomónaco, central argentino de Independiente valorado en 12 millones de euros. Una cifra que para las arcas del club asturiano pesa tanto como un ancla en plena tormenta, pero cuya promesa de solidez defensiva hace que merezca el riesgo.

La dirección deportiva insiste en que la operación debe intentarse, aunque cada euro parece crujir como las vigas de un puente viejo. El central sudamericano, con contrato hasta 2027, es la pieza que Paunovic imagina como cimiento de una muralla que necesita urgentemente su equipo. Sin embargo, en el fútbol moderno los sueños se negocian con calculadora en mano, y la “opción principal” podría acabar, como tantas veces, reducida a un buen deseo si no encaja en el delicado puzzle económico.

Kévin Lomónaco
Kévin Lomónaco, central de Independiente valorado en 12M€, sigue siendo la prioridad del Oviedo

Un refuerzo de lujo o un lujo inalcanzable

Lomónaco sería la duodécima incorporación de un verano frenético en Oviedo, un mercado donde han aterrizado nombres como Dendoncker, Luka Ilic o Brekalo. El argentino aún no ha pisado las ligas europeas, pero su recorrido en Platense, Bragantino, Tigre e Independiente le ha dado el temple suficiente para plantarse en Asturias como un gladiador dispuesto a probar fortuna en la arena de la Primera División.

El problema es que el lujo, cuando es caro, deja de ser refuerzo para convertirse en capricho. Y ahí radica la paradoja, Paunovic sueña con un muro inexpugnable en su defensa, mientras los gestores del club revisan balances como si fueran alquimistas intentando convertir déficit en oro. La incógnita es si el club logrará cuadrar los números a tiempo, antes de que la ventana de fichajes se cierre como una puerta de hierro.

El reloj del mercado y la apuesta final

A cinco días del cierre, Oviedo ya ha sumado once fichajes que, sobre el papel, dan la impresión de una revolución más propia de un verano de rebajas que de un proyecto meditado. Desde Ovie Ejaria sorpresa grata de la pretemporada hasta el veterano Rondón, la plantilla se ha reforzado con intensidad, aunque no siempre con el sosiego que recomiendan los manuales de construcción deportiva.

Las derrotas iniciales ante Villarreal y Real Madrid han dejado claro que el equipo aún camina con pies de barro. De ahí la urgencia por añadir a Lomónaco, o en su defecto a David Carmo o Cornelius, como último ladrillo de la muralla defensiva. El mercado es caprichoso, puede entregar ilusiones en el último minuto o dejarlas en humo. En Oviedo lo saben bien, y por eso cada jornada que pasa se siente como una cuenta atrás hacia un desenlace que, para Paunovic, podría significar dormir tranquilo o seguir insomne en el banquillo del Tartiere.