El Rayo no quiere conformarse con la clasificación a Europa y pasar desapercibido. Por eso, Iñigo Pérez busca formar un equipo sólido para afrontar lo que viene.
En las calles de Vallecas se respiran aires de felicidad. El cumpleaños número 101 del club y la histórica clasificación a Europa 25 años después, pintaron de rojo y blanco el sureste de Madrid. El Rayo cumplirá sueños la próxima temporada, pero para eso deberá estar preparado. Con una plantilla limitada, el padre de la criatura, Iñigo Pérez, deberá salir en busca de refuerzos.
El Rayo tiene el equipo más veterano del fútbol español, con una media de 29,8 años, y para afrontar lo que se viene necesitará recambio. Está claro que el objetivo principal de la institución sigue siendo mantener la categoría, pero tampoco quieren que su participación en la Conference League sea solo una anécdota. Con el mercado de transferencias a punto de encenderse, los Bukaneros salen a la caza.

Calidad europea y con la carta de libertad
El mercado de agentes libres tendrá mucho movimiento este verano. De esa nómina formará parte Sergio Reguilón que finalizará su contrato con el Tottenham el próximo junio. Con un currículum sólido pero poco ruedo en la última temporada (solo 5 partidos disputados), el lateral podría ser una opción más que interesante para el equipo de Iñigo Pérez.
A los 28 años, el zurdo tiene una experiencia probada tanto en el fútbol español (Real Madrid y Atlético) y también en competencias europeas, donde alzó la Europa League con el Sevilla en el 2020. El Rayo deberá comenzar ya a intentar convencer al defensa, porque recibirá varias ofertas. De hecho, ya se habla del Sevilla y del Galatasaray.
El Rayo quiere jugar en su estadio
De cara al desafío europeo, la preocupación pasa por saber si la UEFA permitirá al Rayo jugar la Conference en el estadio municipal. La estructura está deteriorada y eso podría afectar la decisión de la entidad europea. En ese sentido, se volvió a despertar la polémica de cambiar la sede y salir de Vallecas.
Pese a los trámites que deberá resolver la cúpula del club (Presa manifestó el deseo de jugar en el Estadio Municipal), los aficionados estallan de alegría y lucen remeras rojas y blancas por Vallecas. 25 años después, el sueño europeo vuelve a hacerse realidad y esa alegría no se empañara por una decisión de la UEFA.