Alineaciones Rayo Vallecano – Celta: Bryan Zaragoza y Borja Iglesias quieren aumentar la crisis en Vallecas

El Rayo Vallecano y el Celta de Vigo llegan a la quinta jornada de LaLiga con la misma necesidad: ganar para alejarse de la zona baja. Con bajas sensibles en el Rayo y dudas tácticas en el Celta, el duelo en Vallecas promete ser un choque directo

El Estadio de Vallecas se prepara para recibir un duelo con aroma a final tempranera. Rayo Vallecano y Celta de Vigo llegan con idéntico botín apenas cuatro puntos y con la sospecha de que un tropiezo más podría convertir septiembre en un mes eterno. No es lo mismo remar con el viento a favor que cargar con una piedra al cuello, y ambos conjuntos lo saben, un error aquí puede multiplicar el ruido en las gradas y el silencio en los vestuarios.

El Rayo, dirigido por Íñigo Pérez, carga con la ironía de quien lucha contra rivales externos e internos. A las bajas de Luiz Felipe y Abdul Mumin, que parecen parte de un drama médico, se suman las dudas de Nteka, Mendy y Fran Pérez. Vallecas siempre ha sido tierra de resistencia, pero ahora el equipo debe inventarse fórmulas con piezas sueltas. Entre la presión de Balliu sobre Ratiu, el enigma de Alemão en la delantera y la eterna esperanza depositada en Isi Palazón, los de la franja parecen más un rompecabezas que un bloque sólido.

El Celta: con alivio y expectación

En el otro lado, el Celta de Claudio Giráldez vive en una especie de paradoja, plantilla casi completa, pero dudas estratégicas de sobra. La única incógnita médica es Marcos Alonso, con su rodilla en caprichoso vaivén. Sin embargo, la estabilidad física no garantiza certezas tácticas. ¿Apostará el técnico por Starfelt tras sus últimos minutos o preferirá mantener la fórmula que apenas da frutos? He ahí la cuestión.

Borja Iglesias, en cambio, no entiende de especulaciones. Con su olfato de gol intacto, representa la cara luminosa de un equipo que oscila entre el miedo y la ambición. Frente a él, Radu bajo palos se erige como seguro de vida, mientras jóvenes como Hugo Álvarez acechan la titularidad con la impaciencia propia de quien siente que el futuro debería llegar ya. El Celta parece un barco con velas nuevas, pero sin brújula definitiva.

Un pulso de necesidad en la parte baja

El choque se dibuja como un espejo incómodo: dos equipos con el mismo número de puntos, la misma irregularidad y la misma urgencia por escapar del fango de la clasificación. Vallecas, con su grada rugiente y su atmósfera de barrio, añadirá la presión extra que convierte cualquier error en tragedia y cualquier acierto en epopeya.

La pregunta, entonces, no es quién juega mejor, sino quién resiste peor. Si el Rayo tropieza en casa, su crisis crecerá como un eco en las paredes estrechas del estadio. Si lo hace el Celta, volverá a Vigo con la sospecha de estar condenado a otra temporada de sufrimiento. En definitiva, más que tres puntos, en Vallecas está en juego un poco de dignidad y mucho de futuro inmediato.