El Celta, tras semanas de incertidumbre en la portería, ha puesto sus ojos en Diego Conde, con un acuerdo de cesión avanzado con el Villarreal
El RC Celta ha pasado el verano en una especie de odisea futbolística, con un único objetivo en mente, reforzar su portería. Durante meses, la directiva exploró el mercado en busca de ese portero ideal, preferiblemente libre, que pudiera incorporarse sin complicaciones ni negociaciones eternas. Pero la realidad del fútbol moderno se impuso, los guardametas disponibles eran tan escasos como los días de sol en enero, y la estrategia inicial empezó a tambalearse.
Ante este panorama, la dirección deportiva tuvo que improvisar sobre la marcha. Lo que comenzó como un plan de austeridad y practicidad terminó mutando en un movimiento más complejo, un giro de guion propio de una novela de verano. Y ahí, entre descartes y rumores, emergió un nombre inesperado, Diego Conde, guardameta del Villarreal que, sin espacio en el conjunto amarillo, se convirtió de pronto en la opción más realista para Balaídos.
Diego Conde: el nombre que gana terreno en Balaídos
El portero madrileño aparece como la pieza que podría resolver una de las urgencias más incómodas en Vigo. Villarreal, consciente de que Conde no tendrá protagonismo inmediato, abrió la puerta a una cesión. El Celta, con la necesidad apremiante de reforzar su arco, se lanzó de inmediato a negociar. Aunque la operación aún no está cerrada, en A Sede se habla ya de un acuerdo avanzado que podría devolver algo de calma a una afición inquieta.
Lo interesante de esta maniobra no es solo el perfil del jugador, sino el viraje estratégico que representa. La directiva renuncia a su plan inicial apostar por un portero libre en propiedad y opta por una solución temporal. No se trata de un fichaje definitivo, sino de un movimiento táctico, un préstamo que da oxígeno y competencia. Como quien alquila un paraguas en medio de una tormenta, quizá no sea suyo, pero cumple su función.
Prudencia en Vigo ante un desenlace aún abierto
A pesar de los avances, en el Celta no se canta victoria antes de tiempo. El club mantiene una postura prudente, sabiendo que el mercado es caprichoso y que una oportunidad inesperada podría alterar el rumbo en cualquier momento. Nadie olvida que la portería es una posición demasiado delicada para improvisar, y la cautela es, por ahora, la consigna.
Mientras tanto, Diego Conde se perfila como el favorito para reforzar el arco celeste. No será un fichaje eterno ni la piedra angular de un proyecto, pero sí un refuerzo necesario que aporta estabilidad a una zona del campo donde cada error pesa como una losa. La afición, expectante, aguarda la confirmación oficial con la esperanza de que esta vez el verano termine con algo más que rumores.