Tras los últimos traspiés, Antonio Hidalgo motiva a su plantilla para recuperar la senda de la vitoria y regresar a la cima. El domingo recibirá al Valladolid
Con el objetivo de salir de la mini racha negativa, el entrenador del Dépor exprime a su plantilla y la exige al máximo para despertar. En una semana de intensos entrenamientos, Antonio Hidalgo quiere que sus dirigidos salgan a “comerse” al Valladolid en Riazor. Los herculinos intentarán recomponerse tras cuatro jornadas que diluyeron el buen impulso inicial. El entrenador confía en la fuerza colectiva para recuperar el camino. Su mensaje es claro: todos suman, y cada jugador tiene un papel que cumplir para revertir la dinámica.
En esa línea también se expresan los futbolistas. “Aquí nadie se relaja”, es el mensaje al unísono que emana en las entrañas del Dépor. “El míster nos exprime, pero sabemos que es por el bien del equipo”, aseguró uno de los capitanes, Diego Villares. En ese sentido, el centrocampista advirtió que el domingo, él y sus compañeros saldrán a “dejar el alma” contra el elenco pucelano. Los blanquiazules están a tres puntos del líder Racing y a dos de los escoltas, Las Palmas y Cádiz.
El equipo camaleónico de Hidalgo
Reconocido por ser un entrenador intervencionista, Hidalgo les da posibilidades a todos: 17 jugadores superan ya el 30% del tiempo en juego, demostrando rotación constante y reparto de confianza. Solo Miguel Loureiro disputó todos los minutos, mientras el resto del equipo se alterna en un once siempre cambiante, ajustado al plan de partido o a las exigencias del rival, mostrando un grupo comprometido y versátil. Incluso los canteranos también tienen lugar entre los grandes. Son los casos de Samu, Hugo Ríos, y Pablo García, que se sumaron al primer equipo demostrando que Anosacanteira sigue fabricando talentos.
Este contexto lleva a una fuerte competencia interna, con toda la plantilla al máximo en cada entrenamiento. Esa es la filosofía del estratega de Granollers. El Deportivo va más allá de un once fijo. Hidalgo mantiene a todos motivados con una gestión de vestuario que prioriza la adaptación al plan de partido. El objetivo final es lograr el tan ansiado ascenso tras siete años de ausencia en la máxima categoría (su última temporada en Primera fue en 2017/2018).

Los laterales, un quebradero de cabeza
La enfermería del Deportivo suma otro nombre propio: Sergio Escudero. El lateral izquierdo se retiró con molestias tras el choque contra el Racing y el parte médico confirmó una lesión muscular en el bíceps femoral del muslo derecho. Su baja se une a la de Ximo en el costado derecho, obligando a Antonio Hidalgo a buscar soluciones improvisadas para cubrir las bandas frente al Valladolid.
La ausencia de uno de los capitanes llega en un momento delicado para un Dépor que ha encajado cinco goles en las últimas dos jornadas. La línea defensiva muestra inseguridad, y Hidalgo deberá reinventar el lateral izquierdo, donde ni Quagliata ni Lucas Noubi ofrecieron garantías. En Riazor saben que no pueden dejar escapar el tren hacia el ascenso, y la presión por mantener la proximidad al líder se hace cada vez más intensa.




