Mallorca recibió otro mazazo en el Cornellà-El Prat. El equipo no repunta en el comienzo de LaLiga. Arraste tiene las horas contadas en Son Moix.
El paso de Mallorca por Barcelona dejó como saldo una nueva decepción. Regresó a casa sin puntuar y continúa en la zona de descenso. Se vio un equipo apático que logró tener una leve reacción, pero no pudo profundizar para lograr el triunfo con un jugador de más (expulsado Pere Milla en el minuto 48) en buena parte del encuentro y se fue con las manos vacías. Con crisis interna, un vestuario tenso y la falta de juego, en Son Moix empiezan a pensar que el entrenador podría ser el fusible de cambio muy pronto.
Jagoba Arrasate parece no encontrarle la vuelta al asunto. El equipo marcha penúltimo en la tabla y en la Isla empieza a reinar la impaciencia. Es cierto que al bermellón le tocó un calendario realmente complicado en el inicio del torneo (Real Madrid, Barça y Atlético en las primeras cinco fechas), pero no pudo superar las expectativas por lo que se avecina una temporada complicada. Para colmo, el ruido interna solo empeora las cosas. ¿Tendrá una bala más en la recámara el director técnico?
Una ruleta de sensaciones en Cornellà
En Cornellà, el Mallorca volvió a mostrar su peor cara en un arranque para el olvido. En apenas media hora ya caía 2-0 tras graves errores defensivos y un fallo clamoroso de Leo Román. El equipo parecía desahuciado, pero el partido dio un vuelco con la expulsión de Pere Milla y el acierto de Muriqi desde el punto de penalti. Antes del descanso, lo que era un escenario catastrófico se convirtió en una inesperada oportunidad de resurrección y con la posibilidad de dar un golpe sobre la mesa.
El conjunto balear se lanzó en la reanudación y encontró el empate con otro cabezazo de Muriqi. Lo más difícil estaba hecho, pero el miedo a perder acabó pesando más que la ambición de ganar. El Espanyol, sin apenas crear peligro, aprovechó un penalti inocente de Raíllo para sellar el 3-2 definitivo. Así, los de Arrasate tiraron por tierra un esfuerzo titánico y siguen atrapados en un túnel sin victorias ni señales de mejoría. Solo un empate milagroso, es el único punto que sumó en el torneo.
Para Arrasate fue “un golpe durísimo”
Tras una nueva derrota, al míster se lo notó molesto y con algo de autocrítica: “Me fastidia no haber gestionado bien los últimos minutos”, deslizó apesadumbrado el de Berriatúa. En ese marco, hizo hincapié respecto a la situación que acaparó la atención de la Ciutat Esportiva en las últimas semanas, el caso Dani Rodríguez: “Hay que olvidarse de las situaciones individuales, somos profesionales”, dijo Jagoba, tocado por la situación del mediocampista, hoy relegado de la plantilla y sin posibilidad de volver a jugar.
La realidad golpea al Mallorca: cuatro partidos, tres derrotas y un empate. La semana que viene Son Moix será un hervidero cuando reciba a un Atlético de Madrid que viene en levantada, tras conseguir su primer triunfo en el campeonato. Si el conjunto balear no consigue sumar, las gradas pedirán la cabeza de Arrasate, que acorralado por la situación, tendrá pocas opciones. En una frágil situación, lo único que le queda es ganar para acallar las voces y silenciar el ruido interno.