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Pablo Maffeo comunica al Mallorca dónde quiere jugar mientras Héctor Fort sigue esperando

La salida de Pablo Maffeo del Mallorca se complica: ninguna oferta ha convencido al club ni al jugador, mientras Héctor Fort deberá buscar un nuevo destino tras frustrarse su llegada

Pablo Maffeo, ese lateral de energía inagotable, parecía tener el camino despejado para abandonar el Mallorca. Su deseo de buscar nuevos horizontes era tan evidente como un cartel luminoso en plena noche mediterránea. Sin embargo, la realidad del mercado lo ha dejado atrapado en una especie de limbo futbolístico, ni el club encuentra ofertas que satisfagan sus exigencias, ni el jugador logra despegar del puerto balear. Una paradoja digna de novela, querer marcharse y, al mismo tiempo, verse condenado a quedarse.

El resultado es una rutina incómoda. Maffeo entrena separado del grupo, como si ya perteneciera a otro equipo, aunque todavía viste los colores bermellones. Esta situación, más que un asunto contractual, revela el choque constante entre los deseos individuales y las lógicas frías del fútbol, negocio. El jugador sueña con escapar; el club, con no malvenderlo. ¿Quién gana en esta partida? De momento, el empate huele más a derrota compartida.

Pablo Maffeo
Pablo Maffeo se queda en el Mallorca por falta de ofertas convincentes

Héctor Fort: el suplente que nunca llegó

En paralelo, Héctor Fort, promesa de la cantera blaugrana, esperaba que la puerta del Mallorca se abriera para él. Era el movimiento natural, la salida de Maffeo se convertía en su billete hacia la élite. Pero la historia se torció. La operación se deshizo como castillo de arena bajo la marea y Fort quedó, de repente, mirando al horizonte sin brújula. La ilusión de aterrizar en Son Moix se ha transformado en un examen de paciencia.

Este traspié obliga al joven lateral a reinventarse antes de consolidarse. Lo que iba a ser una oportunidad clara, ahora es un recordatorio cruel de lo que significa depender de un engranaje que se mueve por dinero, caprichos y tiempos ajenos. Fort deberá buscar otro destino, sabiendo que, a veces, la puerta que no se abre enseña más que la que se cruza.

El Mallorca y la incertidumbre como norma

Para el Mallorca, el asunto es doble filo. Retener a Maffeo puede interpretarse como fortaleza, pero también como improvisación. El club deberá integrar de nuevo a un jugador que ya se había despedido mentalmente y, al mismo tiempo, reajustar sus planes de refuerzos. La planificación, tan celebrada en verano, se parece ahora más a un rompecabezas incompleto.

Y sin embargo, este escenario refleja una constante del fútbol contemporáneo, la incertidumbre como única certeza. Las llegadas que nunca se concretan, las salidas que se frenan en el último minuto, la ilusión de los canteranos que se rompe contra el muro de las negociaciones. En un campeonato donde cada detalle puede marcar la diferencia entre gloria y sufrimiento, el Mallorca juega un partido invisible, igual de decisivo que los 90 minutos sobre el césped.