Luego de no poder coronar la temporada con la Conference League, el Betis se refuerza con el objetivo de apuntalar la zona defensiva.
La derrota frente a Chelsea fue dolorosa, pero no tapa la gran primera parte del año en el Villamarín. Haber logrado la clasificación a Europa por quinta vez consecutiva y plasmar una idea sólida de juego marcan una línea a seguir en Heliópolis. En ese sentido, el director deportivo verdiblanco, Manu Fajardo, busca renovación y refuerzos. Uno de ellos vendría desde Sudamérica.
Valentín Gómez es un defensa argentino que se desempeña en Vélez Sarsfield, joven y con proyección. Está entre los top del mercado argentino e incluso tuvo posibilidad de marcharse al fútbol europeo. Es una opción interesante para el Betis para cubrir una posición que, en Breslavia, mostró una notoria fragilidad.

Un líder de 21 años
Tras su irrupción con el Fortín de Liniers, Gómez revolucionó al fútbol local. Zurdo, buena salida desde el fondo con el balón, visión táctica y una notable solidez, lo ubican entre los mejores de la Liga Argentina. Con solo 21 años, llevó el brazalete de capitán en Vélez y obtuvo el título del torneo doméstico en 2024.
El argentino podría ser una gran apuesta del mercado para Pellegrini, teniendo en cuenta la incertidumbre sobre la compra definitiva del brasileño Natan al Nápoles. El valor de la cláusula de rescisión de Gómez es de diez millones de euros. En Argentina ya hablan de una probable salida del futbolista en la próxima ventana de transferencias.
Pases frustrados y vuelta a empezar
Pese a su corta edad, Gómez estuvo varias veces con un pie y medio en otro equipo y los traspasos quedaron estancados por diversos motivos. En 2024 fue River Plate quien lo tuvo cerca de sus filas, pero una lesión en la rodilla del zaguero impidió que pasará la revisión médica y el equipo de la banda desistió de contratarlo. Sin embargo, no fue el único contratiempo de la joya de Vélez. A principios de 2025 hubo dos transferencias frustradas.
En enero, el defensa tenía todo listo para recalar en el Cruzeiro. No obstante, desacuerdos en la forma de pago entre el equipo de Belo Horizonte y el de Liniers echaron para atrás la negociación y se esfumó. Al poco tiempo llegó la propuesta de Udinese. Un grupo empresario a cargo del estadounidense Foster Gillet se hizo dueño de la operación, pero el dinero nunca apareció y Gómez quedó a la deriva, entrenando por su cuenta en parques públicos de Buenos Aires. Su salto al Viejo Continente es sólo cuestión de tiempo.